Wendy Hellem, de 33 años, nació en Perú pero radicaba en Puebla desde hace 10 años. En diciembre fue asesinada

Itzel Cruz Alanís | Twitter: @i_alaniis

Escribo esta, mi primera columna para Dominio Público mientras pienso ¿cuántas familias habrán celebrado realmente la Navidad y el Año Nuevo luego de haber perdido a sus hijas, hermanas, madres, tías, sobrinas, abuelas, amigas, en manos de un presunto feminicida?

Les llamo presuntos por el principio de presunción de inocencia del sistema penal acusatorio.

Qué rabia da no poder decir los nombres completos ni exhibir los delitos que cometieron. Para nosotros los reporteros es un logro poder gritar a los cuatro vientos la identidad de los agresores cuando son condenados, pero eso pasa en pocas ocasiones porque en México sigue reinando la impunidad.

El 21 de diciembre de 2022 me llegó una ficha de búsqueda a través de Twitter. La compartió una amiga de Wendy Hellem Sandon Herrera, una peruana radicada en Puebla desde hace 10 años. La mujer de 33 años estaba desaparecida. Me pidió que la difundiera para localizarla con vida a la brevedad.

Tres días después se confirmó que el cuerpo de la emprendedora fue localizado en Tlaxcala con signos de violencia.

Wendy tenía tres hijos de 12, 9 y la más pequeña de 4 años. Estuvo en Estados Unidos antes de llegar a México.

Aquí vivió en Zacatlán y luego en Cuautlancingo donde instaló un salón de belleza, proyecto que con los años fue creciendo. Luego, abrió una boutique de Shein.

Alegre, activa, sociable, trabajadora, así recuerdan a Wendy los que convivieron con ella.

Ahora se sabe que el jueves 15 de diciembre, día en que Wendy inauguró otro salón de belleza en Lomas de Angelópolis, llegó Darío, padre de Victoria, la más pequeña de sus tres hijos, con el que terminó en más de 6 ocasiones, la última fue tres meses antes, en septiembre.

Discutieron. No se sabe la razón.

Después, cámaras de vigilancia captaron la llegada de Wendy Hellem entre las 10:45 y las 10:50 de la noche al fraccionamiento donde vivía. Ingresó a su domicilio, nunca salió.

Un día después, el viernes 16 de diciembre, Darío salió de la casa con un bulto que metió a la cajuela de su vehículo.

Junto a su hija salió de casa y la llevó al médico porque tenía problemas respiratorios. Luego, salieron del hospital y se dirigieron a Apizaco, Tlaxcala donde Darío N tiró el cuerpo mutilado de Wendy. No daré más detalles porque es terrible la forma en que la encontraron. Irreconocible.

Darío N fue detenido por el delito de desaparición cometida por particulares. Le confesó a las autoridades que había tirado el cuerpo en Tlaxcala y que había llevado a la hija de ambos.

Su audiencia fue el 30 de diciembre, no se le imputó por el delito de feminicidio. La siguiente audiencia será en abril. Mientras tanto Darío N continuará con la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa hasta que concluya la investigación complementaria.

Este, queridos lectores, es el rostro y la historia de una víctima más de feminicidio en México. Su familia exige justicia.