Para hacer a México un verdadero país de lectores, se requiere que el “el amor por las letras” comience a fomentarse desde los primeros años de formación académica de los niños

Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo

El pasado 20 de abril el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) dio a conocer que “en 2023, el porcentaje de la población de 18 años y más, lectora de los materiales considerados por el Módulo sobre Lectura (libros, revistas, periódicos, sitios web y blogs), fue de 68.5 %, 12.3 puntos porcentuales menos que en 2016”, año en el que 80.8% de la población mayor de edad en México se declaró lectora.

Según los datos publicados por el INEGI, los “libros fueron el principal material de lectura, con un 40.8 % de lectores de 18 años y más, seguido de la lectura de las páginas de internet, foros o blogs, con 37.7 por ciento”.

Los datos dados a conocer por el INEGI confirman que la estrategia simplista del gobierno federal de vender libros a precios bajos y regalar ejemplares a la población para fomentar la lectura no funcionó. El fomento a la lectura es algo mucho más complejo.

Para hacer a México un verdadero país de lectores, se requiere que el “el amor por las letras” comience a fomentarse desde los primeros años de formación académica de los niños. En este proceso deben estar involucrados los maestros y la familia completa, porque de nada sirve el trabajo de los docentes que no tiene continuidad en los hogares.

En esos primeros años de formación, se debe trabajar con niños y familias en tres frentes, El primero es que no vean a la lectura como una obligación, sino como un placer. Los datos presentados por el INEGI señalan que 44.6% de los entrevistados declararon leer para entretenerse, el resto lo hacen por motivos de trabajo, religiosos o de estudio.

El segundo frente es la comprensión lectora, de nada sirve leer, si no se comprende lo que se está haciendo, si no se puede descubrir la riqueza de los mensajes.

Por último, es innegable la influencia actual de los medios digitales, por lo que también se debe trabajar con niños y familias en la alfabetización digital, para poder luchar en la selva de internet contra el sinfín de gigas basura que circulan en la red.

A la par se debe trabajar en la creación de nuevos formatos de lectura para soportes digitales, con la finalidad de atraer a las nuevas generaciones al mundo de las letras.

Una vez que se tenga en marcha todo lo sugerido en los párrafos anteriores, entonces sí, bajar los precios de los libros, e incluso regalarlos tendría utilidad, porque ya tendremos el germen de un país de lectores.

EN EL TINTERO

-Se avecina un pleitazo en la SCJN por el Fondo de Pensiones del Bienestar y la Ley de Amnistía. La oposición debe ser muy cautelosa para evitar que los recursos que presentará sean utilizados en su contra por parte del gobierno

-Sigue generando reacciones adversas lo hecho por Jenaro Villamil. Una reacción adecuada a lo hecho por el responsable de los medios de comunicación oficiales hubiera sido su destitución fulminante, pero estamos en los tiempos de la 4T,

-La candidata opositora Xóchitl Gálvez debe conseguir en el debate del próximo domingo que Claudia Sheinbaum se enganche a alguno de los torpedos que seguramente le lanzará y hacerla resbalar.

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