Otro jueves negro se vivió en Culiacán, tres años después de aquella fallida captura de Ovidio Guzmán; está vez el hijo de El Chapo ya está en prisión

Culiacán, Sinaloa y otras ciudades importantes del estado como Los Mazatlán, Guamúchil y Los Mochis lucen esta noche como lugares fantasma luego de que sus habitantes permanecen en sus casas ante el temor de que haya más balaceras como las que se han registrado a lo largo del día tras la captura de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, y líder de una facción del Cártel del Pacífico.

Para mañana viernes, continuarán suspendidas las clases en todos los niveles educativos; también se prevé que no haya actividad en oficinas gubernamentales ni en establecimientos comerciales.

Hasta esta noche, las autoridades de seguridad no han controlado en su totalidad la situación en Culiacán, pues continúa la presencia de hombres armados a bordo de diferentes vehículos.

Durante el día también hubo saqueos en algunas tiendas, que de entrada, no tienen relación con la captura del líder criminal.

A lo largo del día la mayoría de los habitantes de Culiacán, han permanecido atrincherados en sus casas ante el temor generado por los narcotraficantes.

Desde temprana hora en redes sociales circularon videos de las balaceras, recorridos de convoyes armados y bloqueos para impedir el paso de las fuerzas de seguridad.

A diferencia de hace tres años, cuando los disturbios obligaron al gobierno a liberar a Ovidio Guzmán, esta vez, el hijo de El Chapo Guzmán, ya duerme en una prisión de máxima seguridad.