«Alito» profundizó la crisis de credibilidad, se confrontó con los pilares del tricolor e impuso a políticos desconocidos sin oficio y experiencia, lo que rápido repercutió en los resultados electorales

Claudia Bolaños | Twitter: @claudiabola

Y SEPA LA BOLA… pero la salida de figuras prominentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) causó una profunda herida al partidos que dirige Alejandro Moreno «Alito», de la cual muy difícilmente podrá recuperarse en el corto plazo, pero lo más grave de la lesión es que achica su capacidad de negociación en la Frente Amplio por México, porque sin duda el pan con Xóchitl Gálvez se pone a la cabeza.

Al descalabro en el Estado de México, principal bastión priista, se suma la ruptura y salida definitiva de los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Ávila y Nuvia Mayorga.

Con ellos, se generó una desbandada de políticos priistas hartos e inconformes con la dirección de ese instituto político a cargo de Alito, a quien califican como artífice del peor desastre en la historia del PRI Nacional.

Alito casi borró del mapa la presencia, del partido que por 70 años gobernó México, nunca remontó ni mucho menos logró vencer por sí mismo a Morena.

Alito profundizó la crisis de credibilidad, se confrontó con los que eran considerados los pilares del tricolor e impuso a políticos desconocidos sin oficio y experiencia, lo que rápido repercutió en los resultados electorales.

Aún pesa en su contra denuncia de corrupción, que en su momento detectó la actual gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien logró doblar al presidente del PRI.

Los únicos triunfos obtenidos en su administración, Durango, Aguascalientes y Coahuila, no fue por su operación política, mucho menos por su experiencia o compromiso ciudadano, sino por el apoyo que ha recibido de PAN y PRD.

El resquebrajamiento del PRI fulminó las aspiraciones de cualquiera de sus integrantes, y ahora estará obligado a apoyar a la panista Xóchitl Gálvez, quien goza de la preferencia de la oposición, en un fenómeno que requerirá un análisis posterior.

Gálvez se ha convertido no en un piedrita, sino en una roca en el zapato para las corcholatas, pues con ella ahora sí «Hay tiro para 2024».

Marko Cortés ahora también podrá hacerle manita de puerco a Moreno, ya que cada vez es menos necesario, aunado a que por donde pasa va generando destrucción.

Y Sepa La Bola… pero la corcholata que ha crecido sin tanta publicidad y sin tanta inversión económica, es el ex canciller Marcelo Ebrard, quien se ve que será candidato por Morena o no.

Su atractivo proyecto podría ir a dar con Movimiento Ciudadano, porque en política nada es casualidad, y ya lo dijo Marcelo, que si hay alguna chicanada, podría renunciar a su partido.

Sin embargo, hay un comodín en espera de que Ebrard abandone a Morena, hablamos de Movimiento Ciudadano quien ya lo ha llevado como candidato en otras ocasiones en alianza con el PRD.

El partido naranja no se ha pronunciado respecto a la elección de su abanderado, y su líder Dante Delgado, con quien Marcelo tiene muy buena relación indicó justo este jueves que «están abiertos al debate», pero que nunca irían ni a la esquina con el PRI, ni en su Frente Amplio por México, antes Alianza Va por México (que esperarán con el cambio de nombre).

Osea que MC iría en coalición pero no con ellos, y por lo que se observa, considera atractivo el proyecto que presenta Marcelo, para seguir con la transformación que inició López Obrador y que tanto quiere la gente, con ayudas a los más necesitados, pero desde una trinchera naranja.

Y en tanto el PVEM avanza con su candidato Manuel Velasco, en la búsqueda por la candidatura de la 4T, pero también pone atención en el tema del proceso electoral en Chiapas, el próximo año, entidad que quiere conservar.

Los cinco aspirantes de la 4T que obtuvieron el mayor conocimiento espontáneo: Zoé Robledo con 78%, Eduardo Ramírez con 80%, Jorge Luis Llaven Abarca con 75%, Luis Melgar con 53% y a esta lista se sumaría la senadora Sasil de León, que llegó a 58%, según sus informes internos.

Los ciudadanos chiapanecos coinciden en que cualquiera de ellos 5 pueden ser abanderados para encabezar una candidatura para gobernador del estado.