¿Importa el pasado de una víctima de feminicidio cuando cuentas su historia? ¿La información recopilada aporta un dato importante? ¿Está permitida la revictimización?

Itzel Cruz Alanís | Twitter: @i_alaniis

Elvia salió a encontrarse con su novio el pasado 15 de junio sin saber que sería la última vez que vería a su familia. 

La mujer de 48 años era vecina de la colonia Morelos, pertenecía al barrio y sabía las actividades que ahí se desarrollaban. Según testigos, tenía poco tiempo conociendo a Mario Morales Arriaga, la persona que presuntamente la vio por última vez y con la que viajó a Iztapalapa. 

19 días de travesía de los allegados. Elvia no respondía llamadas ni mensajes. No sabían nada de ella. El martes 4 de julio recibieron la llamada de las autoridades en la que les informaron que habían encontrado un cuerpo dentro de un tambo en un inmueble de la alcaldía Iztapalapa. Los policías habían llegado hasta ahí luego de la declaración de un hermano de Mario. 

El caos. Salvador Munguía, ex luchador y actual réferi de la lucha libre mexicana fue esposo de Elvia por 24 años. Juntos criaron a tres hijos. Hace cuatro, dice, se separaron. Él fue una de las personas que reconocieron a la mujer de 48 años. Un cuerpo en avanzado estado de descomposición. Fue una profunda herida en el abdomen lo que le quitó la vida a la comerciante del barrio de Tepito. 

En una funeraria, cercana al lugar donde desapareció la víctima, la velaron por 24 horas. Ahí, en medio del dolor, se hablaba sobre el manejo del caso en los medios de comunicación. 

¿Era necesario que algunos revelaran detalles del pasado de Elvia? ¿Con qué objetivo si esa información no aporta a la indagatoria? O quizá sí, pero no lo sabemos aún. También hablaban sobre la manera en que algunos detallaron la forma en que la hallaron, además del bote, los detalles atroces del fin de Elvia. Muchos no querían hablar conmigo porque estaban molestos y es entendible. 

Ni cómo rebatir.

Partimos a San Isidro donde nuevamente enfrentaron a la burocracia mexicana. 

La carroza, el cortejo, los familiares tuvieron que esperarse para entrar al panteón pues “los trámites aún no avanzaban”. 

Una falta de respeto total, tan grande como la de los medios de comunicación que han soltado el apoyo para apegarse al morbo y al click rápido. 

“Entambada” decía el titular del Metro y en el contenido del texto, referían que Carmen Elvia tenía antecedentes penales. 

No, querido lector, ese pasado imperfecto no tiene nada que ver con el hoy que se refleja en familias rotas y dolor eterno. No tiene que ver con el sonido de los mariachis cantándole para despedirla. O con la rosa blanca que se repartieron los asistentes para mostrar un símbolo de paz. 

Para las autoridades esta situación no les resulta ajena, pues entre más culpen a la víctima, ellos tienen menos  trabajo. 

¿ Y Mario, presunto feminicida de Carmen? Sigue en las calles.