La revocación llego para quedarse pero urge hacerle reformas para que no se convierta en un instrumento de chantaje

Miguel Camacho | @mcamachoocampo

Pues ya pasó el susto de la polémica revocación de mandato. El guion se desarrolló sin contratiempo, no hubo sorpresa alguna, el presidente López Obrador fue ratificado por la mayoría de las personas que participaron en la consulta. En la mañanera del día siguiente tampoco hubo sorpresas, el presidente actuó como todos previeron que actuaría.

Dentro de toda la avalancha de dichos sobre el tema hubo una frase que se repitió en redes sociales y una que otra mesa de análisis: “Este ejercicio llegó para quedarse y se repetirá cada seis años”.

La frase me sonó como una sentencia para los gobiernos que vengan después de López Obrador, que, con esa idea de que cada administración se debe someter a un proceso de revocación, estarían sujetos a los vaivenes y caprichos de los diferentes grupos políticos, cuyos intereses no siempre están en línea con los de la sociedad, lo que hundiría al país en la inestabilidad política y social.

Hasta donde yo me quedé, la revocación de mandato se concibió como un recurso con el que contamos los mexicanos para remover al gobierno que lo esté haciendo mal. Como instrumento de la sociedad, el origen, solicitud y organización de este debe partir del pueblo, para hablar en términos de la 4T, no como en esta ocasión que fue organizado por el gobierno.

Pero pongamos el desorden, si bien la revocación de mandato, como dijeron muchos panelistas y usuarios de redes sociales, llegó para quedarse (quiero ver al guapo o guapa que intente sacarla de la Constitución), urge hacerle una reforma para que no se convierta en un instrumento de chantaje, aquí algunas sugerencias:

• Que el proceso de revocación de mandato incluya también a los legisladores. Si un gobierno va mal es porque los legisladores también no fueron un contrapeso eficaz. Por otra parte, no se puede permitir que una eventual mayoría del partido político del presidente al que se le revocó el mandato nombre al sucesor.

• Los legisladores a los que se les revocó el mandato serán sustituidos por tres diputados de cada entidad federativa del país, nombrados por los legislativos locales, quienes se constituirán en un Congreso provisional que convocará a elecciones.

• Por qué no revivir la figura del vicepresidente de la República, el cual será electo junto con el presidente (como en Estados Unidos). El vicepresidente asumirá las funciones del secretario de Gobernación (para que no sea una figura decorativa). En caso de revocación de mandato asumirá la presidencia solamente para organizar unas nuevas elecciones y entregar el mando de manera ordenada.

• El grupo u organización que solicite la revocación de mandato será el responsable de reunir los recursos para la realización de éste de acuerdo con los lineamientos de transparencia que fijen las autoridades.

Sigamos poniendo el desorden, creo sinceramente que en este proceso de revocación de mandato nadie ganó, todos perdimos. Perdimos 1,500 millones de pesos por el capricho de un presidente obsesionado con “pasar a la historia”, pero principalmente perdimos la oportunidad de uniros para ocuparnos de los problemas importantes del país.

Durante el pasado domingo, escuché que se trataba de un día histórico. Yo creo que el tiempo, ese fantasma cuyo andar deja huella, será el encargado de definir si el ejercicio realizado el domingo será histórico o quedará como una simple anécdota de la política mexicana.

P.D. Será que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al momento de calificar el proceso de revocación de mandato, podrá encontrar el modo de castigar a los funcionarios, empezando por el presidente, y líderes de Morena que se violaron la ley para que no queden impunes y sepan que la ley sí es la ley y se debe respetar.