El movimiento del presidente tiene varias de las características que definen a los conspiranoicos, término ya aceptado por la Real Academia de la Lengua Española

Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo

El pasado 20 de diciembre la Real Academia de la Lengua Española presentó la actualización 23.6 del “Diccionario de la Lengua Española” (DLE), entre las 3156 novedades está la incorporación de un término ya de uso común en diferentes sectores de la sociedad: CONSPIRANOICO, CA.

El diccionario define la palabra de la siguiente manera: 1. adj. Perteneciente o relativo a la conspiranoia. Teorías conspiranoicas. 2. adj. Que tiende a la conspiranoia. Un fanático conspiranoico. El mismo DLE define conspiranoia como la “tendencia a interpretar determinados acontecimientos como producto de una conspiración”.

Tomando en cuenta lo aceptado por la Real Academia de la Lengua Española podríamos decir que los conspiranoicos (o conspiranoicas) son todos aquellos individuos que tienden a interpretar determinados acontecimientos como producto de una conspiración.

Pero, cómo podemos identificar a un conspiranoico o conspiranoica. Aquí algunos síntomas: SON FIRMES CREYENTES EN LAS TRAMAS SECRETAS. Estos individuos siempre ven a su alrededor tramas secretas que minan sus proyectos e impiden su desarrollo.

CREEN ESTAR RODEADOS DE CONSPIRADORES. Detrás de las tramas secretas siempre ven a grupos de poder que les ponen obstáculos para que no consigan sus objetivos (neoliberales, conservadores, periodistas, etcétera).NADA A SU ALREDEDOR OCURRE POR ACCIDENTE. Para estos individuos nada de lo que les sucede es por accidente o casualidad. Si las cosas les van bien es por su esfuerzo, pero si algo no sale como ellos lo desean es porque hay fuerzas ocultas que lo impiden.

ASUMEN QUE EL MUNDO ES BUENO O MALO. Para este tipo de individuos en el mundo hay personas que están con ellos o contra ellos, nada de medias tintas. Quienes los apoyan son los buenos, los que no les brindan su aprobación son los malos, porque los conspiranoicos nunca admiten errores.

SIEMPRE EXISTEN OTROS CULPABLES. Los conspiranoicos nunca asumen la responsabilidad de sus errores. La culpa siempre va a ser de quienes considera sus adversarios, porque ellos son perfectos.

Si al leer los párrafos anteriores encontró alguna similitud con algún o algunos personajes de la política nacional, no es una casualidad, es simplemente la realidad, la 4T padece conspiranoia.

Han pasado los cuatro años de gobierno culpando a otros de lo que no han podido hacer: la CUARTA TRANSFORMACIÓN DE MÉXICO.

Ciertamente cuando llegaron al gobierno se encontraron con problemas que administraciones anteriores no pudieron resolver, o que incluso ellos provocaron, pero a partir del 1 de diciembre de 2018, asumieron la responsabilidad de lidiar con ellos y resolverlos.

Ellos aseguran que la aplicación de su proyecto de país ha encontrado grandes dificultades, “principalmente de grupos que se niegan al cambio”. Recientemente el presidente dijo que lo importante no eran las personas, sino el proyecto. Creo que lo importante no es el proyecto, ya que se puede modificar para conseguir los objetivos planteado, lo importante es el país, México.

EN EL TINTERO

Ciertamente el inicio del 2023 no ha sido bueno para el presidente López Obrador. El pasado día 2 de enero, la ministra Jazmín Esquivel no consiguió llegar a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con lo que se le complica al presidente cualquier trámite ante uno de los dos tribunales constitucionales del país (el otro es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación).

Luego de la elección, López Obrador se concretó a decir que le parecía bien la elección, para luego presentar como un logro de su gobierno el que la ministra Norma Lucía Piña Hernández llegara a la presidencia de la SCJN, para minutos después criticarla por no apoyar la mayoría de sus proyectos.

Otro aspecto que le complica la existencia al presidente este inicio de año es la denuncia de que la ministra Esquivel plagió la tesis con la que consiguió su título de licenciatura.

La “ministra” no manejó bien la crisis y se hundió, ahora una salida digna para ella sería dejar la SCJN y alejarse de la esfera pública, por su bien y el de la 4T, aunque es difícil que lo haga ya que el gobierno actual nunca admite debilidades.

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