El tema del involucramiento de Genero García Luna con el narcotráfico será la bandera del presidente López Obrador de hoy en adelante

Raúl García Araujo | @araujogar


En su estrategia política para desprestigiar a la oposición, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, convirtió en todo un campo minado el hecho que una corte de Nueva York haya declarado culpable de narcotráfico al ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

Sabe que el tema está permeando entre la población de manera negativa y debilitando la figura del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.

Más aún cuando el exmandatario llamó a construir un nuevo partido político y a organizar a los ciudadanos para lograr “una resurrección de la oposición política” y así hacerle frente a Morena en la elección presidencial de 2024.

El presidente López Obrador sabe que dicha narrativa perdió no solo fuerza, sino simpatía entre los ciudadanos, después de conocerse que el hombre más poderoso del calderonato se encuentra a la espera de una sentencia en Estados Unidos.

Por tal motivo ofreció la máxima tribuna pública del país “La Mañanera” para que el expresidente explique a los mexicanos cómo fue que nunca se enteró de la protección que brindaba su exsecretario a los líderes del Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva.

Como buen animal político el presidente López Obrador sabe que abrir la conferencia significa el enjuiciamiento público de Calderón Hinojosa ante la sociedad; sobre todo porque hay que tomar en cuenta que esta sería la primera vez que el inquilino de Palacio Nacional ofrece de par en par el Salón Tesorería a un personaje ajeno al gobierno de la Cuarta Transformación.

Ni la senadora panista Xóchitl Gálvez ha tenido la oportunidad de acceder a “La Mañanera” para hacer uso de su derecho de réplica, aun presentando diversos amparos.

Pero, curiosamente este martes López Obrador la ofreció abiertamente a su principal adversario político, a quien acusa un día sí y otro también de robarle la Presidencia de la República en 2006.

La razón es muy sencilla, pretende aniquilarlo políticamente y convertir tal evento en una hoguera pública. No solo eso, sino también acabar con los principios e ideales del Partido Acción Nacional, único instituto político que le puede hacer frente en sucesión presidencial.

El tema del involucramiento de Genero García Luna con el narcotráfico será la bandera del presidente López Obrador de hoy en adelante, y tendrá un impacto inmediato en la elección para gobernador en el Estado de México y Coahuila.

En su plan, López Obrador quiere que el involucramiento del narcotráfico en el calderonato golpee la carrera de los principales líderes del PAN, acusándolos de que fueron omisos en este tema. Para tales fines hará uso de su monólogo matutino.

Como dice él (López Obrador), le cayó como anillo al dedo que la corte de Nueva York, en Estados Unidos, encontrará culpable de narcotráfico a Genaro García Luna, ya que el tema se empalma con sus propósitos políticos.

La razón por la que afirmo lo anterior es muy sencilla, será el 27 de junio cuando el ex secretario de Seguridad Pública sea sentenciado por los delitos que lo acusan, lo cual le permite que sus corcholatas presidenciales: la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y el de Gobernación, Adán Augusto López, vayan con tranquilidad en agosto a la encuesta para definir al candidato de Morena a la Presidencia de la República en 2024.

Y una vez que se decida al sucesor, entonces este tomará la culpabilidad y sentencia de Genaro García Luna como su lema de campaña presidencial que dejará en la lona a la oposición, es decir, sin discurso político para defenderse al conocer los mexicanos que el ex secretario de Seguridad Pública purga una sentencia que puede ir de los 20 años a la cadena perpetua por el delito de narcotráfico en Estados Unidos.

Por el lado de Morena, su dirigente nacional, Mario Delgado, seguirá en su intento ante el Instituto Nacional Electoral de retirar el registro al PAN, bajo el argumento de que ese instituto político está ligado al crimen organizado.

Dicha operación política le garantizará a López Obrador la continuidad de su proyecto político, pero sobre todo la tranquilidad de irse a descansar a su rancho de “La Chingada”, en Chiapas, después de concluir su sexenio y también de terminar por completo con su principal adversario político, Felipe Calderón Hinojosa.