Su última producción fue el documental «Muros» lanzado en 2014; era coleccionista de aparatos cinematográficos

El director de cine Gregorio Torres murió atropellado la tarde del jueves mientras trabajaba como repartidor de comida para la aplicación «Rappi», en la ciudad de México.

El cineasta, de 65 años, falleció a consecuencia de las heridas que sufrió en el Hospital Regional de Milpa Alta.

Compañeros y amigos de Gregorio Torres lamentaron su muerte y condenaron la falta de apoyo al cine nacional.

“Es digno trabajar de repartidor. Es indigno morir como repartidor en moto contra un auto. Es más indigno tener 65, ser un gran cineasta mexicano y morir como repartidor en moto», escribe en su cuenta de Twitter.

Gregorio Rocha fue egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma Mexicana (UNAM). Una de sus obras más conocidas es «Los rollos perdidos de Pancho Villa» un documental que se estrenó en 2003, el cual describe la búsqueda de una película desaparecida: The Life of General Villa, producida bajo contrato un con la compañía Mutual Film Corporation, en 1914.

Por este proyecto obtuvo diversos premios como el Premio del Público en el 1er FICM; dos premios al Mejor Documental: en el 1er Festival Internacional de Cortometrajes de Ficción y Documentales de Arqueología y Patrimonio, Carmona Film Fest, y en la 10ª Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña, Lleida, en España, entre otros.

Su más reciente trabajo, el documental «Muros», de 2014, se financió con el apoyo del Fondo para la Cinematografía de Calidad (FOPROCINE).

Con su colección de múltiples aparatos y películas cinematográficas de diferentes épocas y formatos, desde una Linterna Mágica de 1872 hasta un proyector Bell and Howell 16 mm de 1989, pretendía crear un museo especializado en formatos pequeños de cine y un espacio de experimentación con la imagen proyectada para establecer conexiones entre lo analógico y lo digital.