Esa visión de llenar plazas y hacer gala de un supuesto poder de convocatoria, no es sinónimo de triunfo, y tampoco puede considerarse como el aspirante más robusto

Claudia Bolaños | Twitter: @claudiabola

Y Sepa La Bola… pero el partido en el Gobierno: Morena, adelantó en mucho el proceso electoral que oficialmente comienza en septiembre próximo, pero el movimiento de las corcholatas: Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, anticipó el tablero político en el país.

El ex canciller, Marcelo Ebrard, supo jugar sus cartas y obligó a sus contendientes a dejar sus cargos, para buscar la candidatura de su partido rumbo a las elecciones de 2024, aunque algunos habían dicho que lo harían hasta tener la seguridad de ser el abanderado para el próximo año, tuvieron que sujetarse a las reglas.

Con ese episodio, Marcelo Ebrard buscó ponerse a la cabeza y propuso una contienda modesta, no onerosa y no con el dispendio de recursos a los que están acostumbrados algunos gobernantes para poder tener su gallo.

Le siguió Monreal, posteriormente Adán Augusto, y finalmente Claudia Sheinbaum, que no perdió la oportunidad de hacer un acto masivo, como los del viejo gobierno, que aprovechaban sus tres sectores para mostrar músculo.

Esa visión de llenar plazas y hacer gala de un supuesto poder de convocatoria, no es sinónimo de triunfo, y tampoco puede considerarse como el aspirante más robusto.

No puede ser así, cuando la base que apoya a aquellos que tienen una visión de movilizar masas, lo hace por mero compromiso y pocos por convicción, pues están de por medio programas sociales, becas, proyectos sin concluir, y promesas de que todo será mejor.

Esa visión de antaño ha sido superada por sociedades que han cobrado madurez política y ciudadana, que no se dejan convencer por las estadísticas y ni tampoco por los llamados que convocan a multitudes a colmar las plazas públicas.

Ahora existe una nueva visión de país, exigencias claras de políticas que ayuden no solo a un sector o al más desprotegido, sino a toda la comunidad en general, porque el avance y la prosperidad no debe reducirse a una sola porción, sino al puñado enorme de ciudadanos que conforman este país.

Algunas de ‘las corcholatas’ conocen del populismo y la popularidad, del trabajo en masas, del beneficio a los más desprotegidos, del respeto y promoción a los derechos humanos, del cuidado y respeto de la Constitución Política, pero la madurez de algunos les ha permitido establecer lazos internacionales e internos para impulsar aún más el desarrollo de nuestro país con una visión moderna, respetuosa de las leyes y la soberanía y no con una la simple visión.

Para algunos es muy fácil enfocar el buen trabajo de Andrés Manuel López Obrador como Presidente, pero en 2024 eso nos será suficiente y la inteligencia y la madurez política, así como el proyecto sólido de nación será el destapador que dé el triunfo a la mejor corcholata.

Y Sepa La Bola, pero la puntada esa de que los presidenciables no se reúnan con medios «conservadores», enemigos de la 4T, no convenció ni a López Obrador.

Muchos preguntaron si había un alista, y obviamente nadie se echó ese trompo a la uña, sobre todo después de que el mandatario nacional sacó a relucir su frase de «prohibido, prohibir».

Lo máximo que ha podido controlar Morena, es el acceso de los reporteros, mediante previo registro, y así dar cobertura a los registros, este viernes, de Manuel Velasco, Ricardo Monreal, Adán Augusto, y Gerardo Fernández Noroña, así como Claudia Sheinbaum.