El presidente López Obrador ha creado una burbuja alrededor de partidarios y beneficiarios de programas sociales que la oposición tiene que romper si aspira a tener éxito en 2024

Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo

El final de la administración del presidente López Obrador se acerca ya, dentro de un año, si sigo vivo y continúo contando con su preferencia, tal vez estemos comentando los primeros días del presidente (para entonces ya expresidente) en La Chingada (su rancho, no piensen mal) y los primeros actos del nuevo gobierno.

Sobre las elecciones y el cambio de gobierno, conversé hace unos días con un amigo periodista que me dijo que veía muy difícil que la oposición ganara las elecciones presidenciales el año entrante, veía el asunto como una misión casi imposible. Yo le hice notar el gran porcentaje de personas inconformes y desilusionadas que hay en el país por la gestión de la 4T.

Mi amigo me contestó con un argumento que me fue difícil rebatir en ese momento. Me dijo que el grueso del voto duro de Morena no ve noticias, tampoco tiene redes sociales; creen y creerán en lo que les dicen las brigadas que les entregan “los apoyos” de los programas sociales.

Luego del mini debate con mi amigo no me quedó más que darle la razón, hasta cierto punto. El presidente López Obrador ha conseguido crear una burbuja alrededor de partidarios y beneficiarios de programas sociales que la oposición tiene que romper si aspira a tener éxito en los comicios del año entrante.

Ciertamente hay mucha gente desilusionada e inconforme con la gestión del gobierno encabezado por AMLO, pero también hay muchas personas que veneran al presidente, un ejemplo de esa veneración es la presidenta municipal de Tecámac, Estado de México, quien le besó la mano durante un acto en su demarcación.

Tanto partidarios como opositores al régimen, los mexicanos en general, estamos viviendo en un espejismo ya que nos asociamos a personas que piensan de manera similar a nosotros y tendemos a tomar menos a quienes discrepan de nuestra manera de pensar. Por ejemplo, en redes sociales seguimos al político, al líder social, o al “influencer” que plantea ideas parecidas a las nuestras. Este tipo de asociación nos lleva a pensar que hay una mayoría que coincide con nosotros, mientras los que discrepan son una minoría.

Si realmente el Frente Amplio por México y su virtual candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, quieren vencer a Morena y sus aliados el año entrante, tienen que romper la burbuja que el gobierno tiene sobre sus partidarios y beneficiarios de programas sociales. Deben hacer mucho trabajo de calle, explicar a la gente de manera sencilla que el gobierno se quedó en buenas intenciones y que no hay avances e incluso en áreas como la salud y la educación existen retrocesos.

Además, debe arropar a Xóchitl Gálvez, la están dejando sola.

Deben blindarla para que episodios como el de su casa y el del informe de experiencia profesional que presentó a la UNAM para titularse no se repitan. Las respuestas deben ser rápidas y documentadas para que tengan un efecto contundente que dañe a quien lanzó el ataque y no a la candidata.

Creo que ganar las elecciones presidenciales del año entrante es un trabajo cuesta arriba, pero no imposible porque este gobierno tiene muchos puntos débiles por los que se le puede cuestionar, pero esos cuestionamientos deben ir acompañados de propuestas y planes creíbles. De no hacerlo así debemos prepararnos para vivir la austeridad con cambio.

EN EL TINTERO

Esta semana el periodista Joaquín López-Dóriga cumplió 55 años de ejercicio profesional. Yo lo conocí en el 2002, cuando por una reestructuración del portal de internet de Noticieros Televisa (hoy N+), quedé como responsable de la versión digital de sus programas. Cuando mi entonces jefa me comunicó la noticia, por mi mente pasó un solo pensamiento: “Hasta aquí llegué”.

Sin embargo, al tratarlo, me di cuenta de que muchas de las historias a su alrededor no eran más que leyendas urbanas. Descubrí a un profesional riguroso en su forma de trabajar, con el que se podía dialogar.

Dos cosas me han impresionado de él, una de ellas, su extraordinaria memoria, lo que lo hace ser un excelente narrador de la historia que nos tocó vivir en este “Mundo Real”. Felicidades, «Teacher», que sean muchos años más de labor periodística.