Todo parece indicar que la elección del próximo año se definirá entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, quien hasta hace siete semanas, no estaba en la lista de aspirantes a la Presidencia

 Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo

A como pintan las cosas hasta este 30 de agosto, las elecciones de 2024 tendrán un lugar en los libros de historia ya que será la primera vez en que una mujer resulte electa para dirigir los destinos del país. Las candidatas, si no hay arreglos por debajo de la mesa, o berrinches, serán por parte del frente opositor, Xóchitl Gálvez Ruiz, y por el oficialismo, Claudia Sheinbaum Pardo.

Seguramente en los próximos días se gastará tinta, papel y gigabytes en difundir la biografía de estas dos mujeres, por eso en esta ocasión quiero hablar de lo que podemos esperar de ellas una vez que la ley permita ungirlas legalmente como candidatas a la Presidencia de la República.

Comencemos con Claudia Sheinbaum. La exjefa de Gobierno de la Ciudad de México llegará maniatada a la campaña, con un guion ya escrito. La veremos comer garnachas; cambiar el acento de su voz parar imitar el del presidente; hablar de conservadores y neoliberales, en pocas palabras, seguirá polarizando. Su ofrecimiento de campaña será “la continuidad” y consolidación de la 4T. Su principal carta de presentación: “Haber caminado al lado de López Obrador en su lucha por la justicia y la igualdad en el país.

A su favor tendrá todo el aparato del Estado, medios de comunicación afines al gobierno, granjas de bots, el apoyo de 23 gobernadores y mucho, pero mucho dinero. En su contra tendrá el guion que debe de seguir. Seguramente no podrá ir a todos los medios de comunicación, no aceptará preguntas incómodas. A sus negativos hay que agregar lo sucedido en la línea 12 del Metro.

Por el frente opositor estará en la boleta Xóchitl Gálvez, una mujer que, hasta hace siete semanas, no estaba en la lista de aspirantes a la Presidencia. Lo que ella deseaba era contender por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Fue el mismo presidente López Obrador quien la puso en el radar tras negarle el derecho de réplica, como lo mandató un juez, además de atacarla un día sí y el otro también.

La manera atropellada como bajaron a Beatriz Paredes de la contienda obliga a Xóchitl Gálvez a lanzar una operación cicatriz. Debe reunirse con la senadora tlaxcalteca y con Enrique de la Madrid para que el gobierno de coalición que promete el Frente, empiece desde una campaña de coalición.

Sin perder, digamos “la frescura”, la virtual aspirante presidencial del frente opositor debe evolucionar a una Xóchitl candidata, más mesurada en su forma de actuar y hablar. Dicho de otra manera, Xóchitl debe convencer. Convencer a la ciudadanía que tiene la fuerza para guiar los destinos de México y que lo puede poner en ruta de progreso.

Pero a la par, Gálvez también debe convencer a las estructuras partidistas que la apoyan, que llegó a la candidatura por el apoyo de la gente y no por prebendas o favores políticos. Sería conveniente, ya que estamos en esas, que marcara su distancia con el empresario Claudio X. González y con cualquier otro grupo empresarial, que pudiera dar pie a críticas o malas interpretaciones.

Quizá lo más importante de todo, Xóchitl debe blindar su vida personal y profesional, porque seguramente por ahí será muy cuestionada.

Tal vez en las elecciones de 2024 tengamos sólo mujeres en la boleta, de concretarse las aspiraciones de la senadora Indira Kempis a la candidatura presidencial por parte del partido naranja.

EN EL TINTERO

-Al momento de terminar el presente comentario salieron las declaraciones de Beatriz Paredes en las que, podemos decir, condiciona su apoyo al frente hasta conocer el programa del gobierno de coalición:«Mi adhesión definitiva al Frente dependerá del programa del gobierno de coalición, de la consistencia de las propuestas, de la evolución de su entramado democrático, estaré atenta a la evolución del proyecto…”-En otra parte de su mensaje, la senadora pudo hacer un anuncio velado de su retiro de la política:“Era natural, como culminación de mi biografía política, que intentara la candidatura presidencial para ser la primera presidenta de México. Como también es natural, como demócrata que soy, y absolutamente consistente, que reconozca cuando los resultados no me favorecen, pero dimos el paso empujando la participación democrática en nuestro país, promoviendo la participación de las mujeres, propugnando por la reforma del poder…”El tiempo lo dirá…