México enfrenta un panorama complejo con un imparable aumento de la violencia, incertidumbre económica y una gran división política

Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo

A principios del siglo XX el periodista estadounidense John Kenneth Turner recorrió México documentando la situación social de la época. Sus trabajos fueron publicados en la revista “The American Magazine” y recopilados en el libro “México Bárbaro”, publicado en Estados Unidos en 1910.

Traigo a colación lo anterior porque luego de toda la serie de acontecimientos que se han dado en esta semana en el país, si Kenneth Turner viviera, estoy seguro de que escribiría México bárbaro reloaded, por lo convulso de la situación. Comencemos por el principio.

IMPARABLE LA VIOLENCIA

La violencia en el país sigue sin control, los homicidios dolosos no paran; ya se superaron los 140 mil y de seguir así la tendencia, al final de la administración lopezobradorista habrán muerto de manera violenta en el país más de 200 mil personas, convirtiendo a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador en la más violenta de la historia moderna de México.

Desde el principio de su gobierno el mandatario señaló que iba a cambiar la estrategia de seguridad, dejando a un lado la fuerza, “Abrazos, no balazos” se le nombró al nuevo plan. Sin embargo, su planteamiento carece de un elemento de suma importancia: la aplicación de la ley.

Así las cosas, pasamos de los “Abrazos, no balazos” a “Dejar hacer, dejar pasar”. Dejar hacer a los grupos delincuenciales y dejar pasar sus delitos, porque la actual administración no persigue a los capos.

Soy un convencido que en cuestiones de seguridad sí hay que dar abrazos, pero a las víctimas de los delitos. A quienes delinquieron, no importando el motivo, hay que aplicarles la ley, con los atenuantes y agravantes que la misma indique, y cuando cumplan su condena hay que abrazarlos para que se reintegren.

INCERTIDUMBRE ECONÓMICA

Con ideología y no con datos técnicos es como se maneja la economía en la actual administración. Ejemplos abundan, pero voy a tomar únicamente dos. El primero la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco. El principal argumento, la corrupción. Las consecuencias de esta acción fueron la desconfianza de los inversionistas internacionales y una deuda que pagaremos todos los mexicanos por muchos años más.

El segundo ejemplo es la serie de medidas regulatorias que se tomaron para el mercado de la electricidad, lo que llevó a Estados Unidos y Canadá, nuestros socios, a solicitar un panel de consultas en el marco del tratado de libre comercio para solucionar las diferencias. De no llegar a un acuerdo en estas consultas el siguiente paso sería el arbitraje, que si resulta desfavorable podría costarnos, sí, costarnos, miles de millones de dólares al año, según analistas.

DECADENTE SISTEMA DE SALUD

Nuevamente argumentando hechos de corrupción el presidente López Obrador desmanteló el llamado Seguro Popular, que atendía a la población no derechohabiente de algún instituto público y lo cambió por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Por el mismo motivo, la corrupción, se peleó con las farmacéuticas. Invocando la austeridad, año tras año el sector ha visto disminuido sus recursos.

El resultado de todo lo anterior ha sido una severa crisis en los centros de salud públicos como la carencia de insumos, la falta de personal, la escasez de medicamentos o el deterioro de la infraestructura.

A todo lo anterior debemos agregar el pésimo manejo de la pandemia de Covid-19, que tiene a México en los primeros lugares de muertes por esta enfermedad.

POLÍTICA INTERNA

Si tuviera que definir con una frase el manejo de la política interna de López Obrador sería esta: “Aquí nada más mis chicharrones truenan”. Durante los cuatro años de su gobierno, el presidente se ha dedicado a descalificar a quien no este de acuerdo con sus ideas llamándolos conservadores, neoliberales, machucones o fifís, dependiendo de su humor.

Podría gastar cientos de megabites hablando de cómo López Obrador ha manejado la política interna, pero el asunto que reviste mayor interés al momento de escribir estas líneas es el plan B de su mal llamada reforma electoral, que no tiene otro objetivo que cargar los dados para quien resulte su elegido para representar a Morena en las elecciones de 2024 y usar su popularidad para hacer campaña en su favor.

POLÍTICA EXTERIOR

Si Genaro Estrada, autor de la doctrina que ha guiado la política exterior de México viviera, volvería a morir al ver cómo el actual gobierno maneja las relaciones con otras naciones. Si bien uno de los postulados fundamentales de dicha doctrina es la no intervención en asuntos internos de otros países, otro es que nuestro país no reconoce ni desconoce gobiernos, “sólo se limita a mantener o retirar, cuando a si lo crea procedente, a sus agentes diplomáticos”.

Sólo hay que revisar las bases de datos de los medios de comunicación para ver todas las ocasiones que el presidente López Obrador ha violado los principios “sagrados” de la política exterior mexicana.

El caso más grave se dio hace unos días al desconocer al nuevo gobierno de Perú, y poner en pausa las relaciones con dicho país luego de la destitución de su amigo, Pedro Castillo, quien intentó dar un autogolpe de Estado.

Ya sólo me queda una pregunta que hacerle amable lector: ¿Cree usted que de vivir John Kenneth Turner pudiera escribir “México bárbaro reloaded”?

EN EL TINTERO

El senador Ricardo Monreal anunció su voto contra la reforma electoral del presidente López Obrador por inconstitucional. Dicha determinación, que seguramente le traerá consecuencias como la destitución de su cargo, también significa un rompimiento con el presidente y Morena. ¿Se convirtió Monreal en héroe de la política? Usted tiene la mejor respuesta.

pongamosdesorden@gmail.com