La joven abogada tiene un camino cuesta arriba en su nuevo encargo, ya que los asuntos que le toca atender como titular de Gobernación no esperarán a que ella aprenda su teje y maneje

Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo

Una verdadera sorpresa en el escenario político nacional resultó el nombramiento de Luisa María Alcalde como secretaria de Gobernación. En lo personal pensaba que Alejandro Encinas, quien sustituyó al presidente López Obrador al frente del gobierno del entonces Distrito Federal, recibiría el nombramiento formal. Sin embargo, el mandatario se decantó por la abogada de 35 años.

Mucha tinta y megas se han usado para opinar sobre el nombramiento. Los comentarios han sido de todos los colores, olores y sabores, quisiera destacar los que señalan su falta de experiencia en asuntos como la seguridad, ya que como titular de Gobernación tendrá entre sus obligaciones coordinar a las dependencias federales que se encargan de dicha materia.

Pero dejando aparte todo el humo de la designación, algo en lo que no se ha puesto atención es que la recién nombrada titular de Gobernación puede convertirse en la primera mujer en hacerse cargo de los destinos del país, al menos por sesenta días.

Usted, amable lector, estará pensando en este momento que estoy loco. Pues mi pensamiento, un poco loco sí, tiene su fundamento en el Artículo 84 de la Constitución, que en uno de sus párrafos dice:

“En caso de falta absoluta del Presidente de la República, en tanto el Congreso nombra al presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo. En este caso no será aplicable lo establecido en las fracciones II, III y VI del artículo 82 de esta Constitución.”

Que quede claro que de ninguna manera estoy deseando, como lo hizo recientemente el cantante Francisco Céspedes, que México tenga una “falta absoluta del Presidente de la República”, pero si tomamos como base los recientes “desvanecimientos temporales”; el “cateterismo de rutina”, o el traslado de emergencia desde su finca familiar en Palenque, Chiapas, la probabilidad de que Luisa María Alcalde se haga cargo de las funciones del titular del Poder Ejecutivo han aumentado mucho. Repito, no deseo que le pase nada al presidente, es más, la semana entrante o mañana usted puede estar leyendo en este espacio que yo ya no estoy en el mundo de los vivos.

Independientemente de sus méritos o no para ocupar la Secretaría de Gobernación, lo que sí me atrevo a decir, es que a la secretaria le hace falta tener la piel más gruesa, sobre todo ahora que tendrá que enfrentar a los verdaderos tiburones de la política. Por ejemplo, ya no puede reaccionar como lo hizo en 2021, cuando “La Jornada” publicó una foto de ella viendo un catálogo de ropa en su celular mientras estaba en un avión. Ciertamente la foto no tenía nada relevante, como editor yo no la hubiera publicado, pero tampoco era para que se dijera acosada.

La joven abogada tiene un camino cuesta arriba en su nuevo encargo, ya que los asuntos que le toca atender como titular de Gobernación no esperarán a que ella aprenda su teje y maneje. Le tocará hacer gala de astucia ahora que es la segunda de a bordo y, en una contingencia, puede llegar a ser la que lleve las riendas, aunque sea sólo por sesenta días.

EN EL TINTERO

-Comenzó lo que algunos analistas han denominado el “Corcholata Tour”, los aspirantes de Morena a la Presidencia de la República recorren el país en una “no campaña” para conseguir el “cariño de la gente”, aunque interiormente saben que el beneplácito que deben conseguir es el del presidente López Obrador.

-El 21 de junio el presidente López Obrador se reunió con gobernadores emanados de su partido y miembros de su gabinete. Luego del encuentro confirmé que el presidente López Obrador, aunque diga lo contrario, no se asume como presidente de todos los mexicanos, sólo le interesan los suyos.

  • ¡Para eso me gustaba! El exsecretario de Gobernación seguirá los dictados presidenciales y no asistirá a entrevistas con Carlos Loret de Mola. Lástima, nos privó de la oportunidad de ver su habilidad para capotear el vendaval de preguntas incómodas. ¿Será que no tienen argumentos para defender a la llamada 4T? Él se lo pierde.

-Ya se cocina un nuevo AMLOFest, en esta ocasión por el quinto aniversario de la victoria electoral. ¿Habrá algo que celebrar?

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