El gobierno y sus fieles escuderos se niegan a ver que la ciudadanía a diario se ve atacada por grupos delincuenciales que dejan a su paso miedo, sangre y dolor, mucho dolor


Miguel Camacho | 
Twitter: @mcamachoocampo


Creo que no me equivoco al decir que, a todos, en algún momento de nuestras vidas, nos han dicho que pongamos los pies en la tierra cuando enfrentamos una situación problemática o nos fijamos metas fuera de la realidad.

Traigo a colación lo anterior, porque luego de la violencia desbordada que padecemos todos los mexicanos, que se manifestó en los últimos días en los disturbios en Chilpancingo, Guerrero; los ataques con explosivos a fuerzas del orden en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, y los asesinatos en la Central de Abasto de Toluca, capital del Estado de México.

Los hechos que mencioné fueron los que generaron impacto en los medios de comunicación. Sin embargo, a diario en nuestro país se cometen infinidad de delitos, que van del robo hasta los asesinatos, más de 160 mil, según datos oficiales, lo que lleva a la administración de López Obrador a convertirse en la más sangrienta del presente siglo.

Ante la problemática que a todas luces ya rebasó al gobierno, que se niega aceptar que su estrategia de “abrazos, no balazos”, de plano no funcionó, las respuestas siempre son las mismas: “todo va muy bien” … “son inventos de grupos oligárquicos que están en contra de la transformación” … “son exageraciones de los medios de comunicación». Ahora, con la efervescencia electoral, nuestro presidente inventó una nueva respuesta con la cual no sé si reír o llorar: “Como no levanta Xóchitl, ahora se van a agarrar de ahí”.

El gobierno y sus fieles escuderos se niegan a ver que la ciudadanía, ese pueblo bueno y sabio que la presente administración pregona defender, a diario se ve atacada por grupos delincuenciales que dejan a su paso miedo, sangre y dolor, mucho dolor.

Hace unos días conversaba con un primo que me comentó que los cuestionamientos a López Obrador en temas de seguridad eran injustos, porque este problema ya venía de antes. A su razonamiento yo le respondí de la siguiente manera:

Tienes razón, pero si tú recuerdas, en la campaña se comprometió a arreglar ese y otros problemas. Mira, es como si tú tuvieras humedad en la pared de tu casa y contrataras a un arquitecto que dice tener una técnica milagrosa para quitarla, pero al paso de los meses de trabajo, y de cobrarte, la humedad aumenta y ahora tienes hasta hongos. Obviamente le pides que te regrese tu dinero.

El presidente, le dije a mi primo, es como el arquitecto que se comprometió a arreglar la humedad y no pudo, porque su técnica no era la adecuada.

Y es que, todo parece indicar que la visión de la 4T en materia de seguridad comienza a tener fisuras. En días pasados Marcelo Ebrard, aspirante a la candidatura presidencial por Morena, presentó su estrategia para combatir la inseguridad, lo que implica un reconocimiento tácito de que lo que han hecho hasta el momento en esta administración para proteger a la ciudadanía… ha fracasado.

Ebrard señaló en entrevista con Joaquín López-Dóriga que en su estrategia de seguridad habrá abrazos, pero también madrazos. “No se trata de aniquilarlos, sino de someterlos”, aseveró.

Los 160 mil muertos de la ola de violencia en el país no son los muertos del pasado, son los muertos de López Obrador, a los que tendríamos que agregar los fallecidos por la falta de medicamentos, las víctimas del COVID-19. Serán muertos que lo perseguirán hasta el fin de sus días. Presidente, salga de su mundo fantástico y ponga los pies en la tierra.

EN EL TINTERO

-Comenzó a pasar el boom de la irrupción de Xóchitl Gálvez, ahora la senadora tiene que cimentar lo que ha ganado y desplegar sus armas para pelear, dejando atrás su origen. No debe dejar a un lado su carácter carismático, pero debe comenzar a comportarse como una estadista.

-No debemos perder de vista lo sucedido en el hospital del IMSS de Playa del Carmen. Debemos exigir que el Instituto y el proveedor asuman su responsabilidad en la muerte de la niña de seis años. Lo sucedido no puede quedar impune.

-Hace dos años recibí una llamada de Raúl García, quien fue mi compañero de trabajo en Televisa, preguntándome si en INCÓGNITA COMUNICACIONES hacíamos portales de internet. Dos años después acá estamos. Muchas felicidades