El 27 de noviembre López Obrador volvió a la calle, a las marchas, al lugar que él domina, donde consiguió tanto, donde es feliz

Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo

El pasado 27 de noviembre el presidente López Obrador vivió un día de ensueño. Revivió, al estilo 4T, los llamados días del presidente de la época priista, cuando el mandatario en turno, luego de su informe de gobierno llegaba a Palacio Nacional en un auto descubierto. A su paso eran soltados miles de papelitos de colores al tiempo que las fuerzas vivas emanadas de la Revolución lo aclamaban.

Fueron más de cinco horas las que el presidente caminó por Paseo de la Reforma en medio de un desorden organizado, corriendo riesgos innecesarios para su salud, la seguridad y estabilidad nacionales. Tiempo en el que se dejó tocar, abrazar y apachurrar por cientos de personas que por propia voluntad y voluntariamente a fuerza acudieron.

Quizá en su mente el presidente comparaba lo que estaba viviendo con el “Domingo de ramos”, cuando según la tradición cristiana Jesús entró a Jerusalén en medio de la algarabía de la gente que lo aclamaba como el mesías.O a lo mejor el pensamiento del presidente al verse inmerso en ese mar de gente era más terrenal:

“Tengan para que aprendan… Corruptos conservadores, neoliberales, fifís, enemigos del pueblo, vean mi poder…”Ese domingo el presidente pudo ver y sentir cómo medios de comunicación se rendían ante él e imponían a su marcha calificativos como histórica e inédita.

Pudo ver a sus pies, mientras leía un discurso enumerando sus presuntos logros de gobierno, a políticos y líderes empresariales.

El 27 López Obrador volvió a la calle, a las marchas, al lugar que él domina, donde consiguió tanto, donde es feliz. Pero la marcha que encabezó en esta ocasión, según él, era para festejar los “cuatro años de transformación” y no significaba una respuesta a la convocada por la ciudadanía para protestar contra su reforma político-electoral.

Pero los sueños no pueden durar para siempre y al día siguiente el presidente López Obrador tuvo que enfrentar al México real, un país en el que a diario aumenta la cifra de homicidios dolosos; un país en el que el crimen organizado controla grandes regiones e impone sus propias leyes a la población; un país donde gente muere por falta de medicamentos e insumos en el sistema público de salud; un país que expulsa a sus ciudadanos porque aquí no tienen oportunidades para salir adelante.

Este 1 de diciembre se cumplen cuatro años de que el presidente López Obrador tomó posesión de la Presidencia, cuatro años de un gobierno de promesas y buenas intenciones, cuatro años de sueños, como la manifestación del día 27, un sueño de otoño del presidente López Obrador.

EL TINTERO

La selección mexicana fue eliminada en la fase de grupos del Mundial de Futbol de Qatar. Especialistas deportivos destacan que ha sido la peor participación en este tipo de torneos en los años recientes. La eliminación del equipo mexicano en Qatar tiene mucho que ver con la manera como se maneja el deporte en el país, siempre se ponen los intereses de grupo por delante, ya sean económicos o del grupo político que esté en el gobierno. Es necesario configurar un plan que ponga por delante a los deportistas y al deporte, y en segundo lugar los intereses.

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