En estos momentos, Cuauhtémoc Blanco representa la peor cartera de Morena en el país y con su insolencia y malos resultados se está convirtiendo en un lastre para los morenistas

Raúl García Araujo | @araujogar

Morelos es un oasis para el crimen organizado, esto gracias a la complacencia del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien ha demostrado que su estrategia de seguridad es fallida, dejando a la sociedad morelense en manos de los delincuentes.

Las cifras son más que reveladoras, en tan sólo seis meses de este año, en el estado han ocurrido 523 homicidios violentos, situación que ha llevado a la población a lanzar un grito de auxilio para detener la masacre.

Lo que es aún peor, es que la delincuencia organizada, además de matar y secuestrar a gente inocente, ahora está enfocando sus baterías para atacar a la clase política de Morelos, lo cual demuestra el grado de descomposición social y de gobierno.

La irritación social está a punto de estallar, voces de todos los sectores de la sociedad están exigiendo a los diputados del Congreso de Morelos, que no se detengan para llevar a juicio político al gobernador Blanco Bravo por su constante omisión al frente de la administración pública.

En estos momentos ciudadanos de Morelos apelan a las palabras del presidente López Obrador, en el sentido que es el pueblo el que pone y quita a los malos gobernantes, exigen su solidaridad para que Cuauhtémoc Blanco Bravo rinda cuentas ante la justicia.

La clase política de Morelos está más que atónita por lo que ocurre en el estado, ya que desde que asumió el poder el exfutbolista, por lo menos se han registrado 20 ataques directos a quienes se dedican a la política, al activismo o los derechos humanos, sin que el mandatario asuma su responsabilidad.

El reflejo de lo descompuesto que en materia de seguridad pública está Morelos, ocurrió la semana pasada, cuando sicarios a plena luz del día, atacaron a quema ropa al empresario, político y exdiputado del Partido Verde Ecologista de México, Javier Estrada González.

El tema se hizo viral en redes sociales y despertó la indignación de todos los sectores de la sociedad, además de rebasar el ámbito local hasta convertirse en tema nacional. 

Ante la ola de violencia, medios internacionales como la agencia de noticias Reuters, se han sumado a las voces de que Morelos es un estado fallido, gracias a la nula acción del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.

Incluso, cuestionan abiertamente al presidente Andrés Manuel López Obrador el apoyo y respaldo a quien ha teñido de sangre al estado.

Es inexplicable este apoyo, ya que el mandatario morelense ha violado de forma sistemática las reglas básicas y sagradas del movimiento de la Cuarta Transformación: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo.

Ya que los asesinatos ocurren todos los días, mientras él se va a partidos de fútbol o se toma fotografías con los líderes de los grupos criminales que operan en la entidad, es decir, aludiendo a la máxima de que no pasa nada, mientras que la gente vive a salto de mata.

En estos momentos, Cuauhtémoc Blanco representa la peor cartera de Morena en el país y con su insolencia y malos resultados se está convirtiendo en un lastre de los morenistas, no tengo duda que su mala actuación se verá reflejada el próximo año cuando se renueve la gubernatura.

En este contexto, el presidente López Obrador debe voltear a Morelos y así como predica todos los días desde el atril de la mañanera de los malos gobiernos del PRI, le debería de llamar la atención a Blanco Bravo, para que se ponga a trabajar y que al menos en un acto de humidad recobrar un poco la seguridad para la sociedad morelense.

Estoy seguro, que, si no cambian las cosas, Cuauhtémoc Blanco Bravo será para López Obrador lo mismo que fue el ex mandatario veracruzano Javier Duarte en los tiempos de Enrique Peña Nieto y ese sí sería un peor precedente para la Cuarta Transformación.

En Cortito: Nos cuentan que el que sueña con convertirse en gobernador de Jalisco es el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, sobre quien pesan varios escándalos de corrupción que no ha aclarado: desde la renta de 290 patrullas con un sobreprecio de 42 por ciento, pasando por la compra de un carrusel para divertir a los niños que tuvo un costo de 26 millones de pesos y que se instaló varios meses después de lo prometido, o el gasto de más de 40 millones de pesos en una escultura en el Paseo del Alcalde. Lemus, quien llegó a primero a la alcaldía de Zapopan y luego a la de Guadalajara, impulsado por Enrique Alfaro, busca convertirse en el abanderado de Movimiento Ciudadano con una estela de críticas de sus propios gobernados sobre la forma en que gobierna, con compras a sobreprecio y nulos resultados en seguridad pese a las costosas inversiones para el arrendamiento y compra de equipo y vehículos.