Lista la caballada del partido oficial rumbo a la sucesión presidencial

Raúl García Araujo | @araujogar

A diferencia de lo expresado en su momento por un priista de cuño, que siempre opinó sobre los suspirantes del tricolor, en esta ocasión la caballada no está flaca, ni gorda, simplemente está desbocada.

La responsabilidad de ello la tiene el dueño de las riendas, quien las desplegó muy de madrugada y con fuete en mano concedió ventaja a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien será sin la menor duda, la segunda candidata presidencial mujer, de izquierda, después de Rosario Ibarra de Piedra, que contendió en 1988, bajo las siglas del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

Los dos restantes, uno invitado a esa carrera interna, Marcelo Ebrard Casaubón, y el otro autoinvitado, Ricardo Monreal Ávila, quien hace gala de todo tipo de malabares para hacer que los ojos del que lleva las riendas se vuelquen también sobre su persona. Reconocimiento a quien reconocimiento merece, y perdonando la modestia, estimado lector, pero en En Corto fuimos los primeros en decir que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene en su corazón a Claudia Sheinbaum, entre sus afectos al canciller, Marcelo Ebrard, y que a Ricardo Monreal solo lo tiene para el trabajo sucio, para lograr acuerdos entre legisladores de los partidos opositores e incluso de su partido, pero nada más.

Vaticinamos, lo que seguimos sosteniendo, y todo apunta, va para allá, que Ricardo Monreal buscaría la candidatura por fuera, tal vez por el PRD, porque la de Morena ya está reservada.
Y que Marcelo Ebrard haría lo propio, y que es altamente probable que éste sea impulsado por una alianza PRI/PAN.

Y que al final estos dos se pondrán de acuerdo, y Monreal terminará apoyando a Marcelo Ebrard, a cambio de la primera posición (en la Secretaría de Gobernación) en su eventual gobierno, y posteriormente el relevo en la Presidencia de la República.

Sostenemos que esto sería posible porque la oposición está desdibujada, desarticulada y sin figuras relevantes en el firmamento, por lo que el canciller les caería de perlas.

Bajo la consigna popular de que para que la cuña apriete, de que el PAN irá a un mayor retroceso con la reelección de Marko Cortés, y con un Ricardo Anaya prófugo, y con un PRI doblegado, entregado a la 4T, con la dirigencia de Alejandro Moreno, la mesa está servida para el ahora secretario de Relaciones Exteriores.

Ambos, Monreal y Ebrard ya leyeron que no serán los elegidos del presidente López Obrador, y por eso de un tiempo para acá demandan un piso parejo para ese proceso interno, el cual agotarán hasta en tanto se define la candidatura.

Como avezados políticos que son, también traen la lectura de la debilidad real de la oposición y de la carencia de figuras relevantes, pero sobre todo del odio que el presidente inspira entre esos partidos, por lo que estarían dispuestos a postularlos, para una negociación posterior.

El PAN o el PRI le harían un enorme favor a la candidatura del Presidente, dado que ir por sus propios rieles atomizaría el voto, favoreciendo al voto duro de López Obrador/Morena.
Tan leyeron esto que ya trabajan en ello, ya se han reunido de manera pública en un par de ocasiones, y varias en lo oscurito, con miras a ese acuerdo de gran calado, de pronóstico reservado.

Le digo, de pronóstico reservado porque por ahora la fuerza de Claudia Sheinbaum radica en la que le transfunde el presidente López Obrador, ella sola nada más no cuaja, no crece y es más gris que las propias paredes del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Y falta ver si el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández se anima ya a entrar al quite en esa contienda interna, habida cuenta de su gran cercanía con el primer mandatario, y de que es uno de los dos únicos aspirantes, perfilados hasta ahora, que le pueden garantizar la continuidad de la Cuarta Transformación.

Asimismo, que le pueden garantizar la tranquilidad que él no les ha dispensado a sus antecesores, en lo que le resta de su vida.

Los momios favorecen a Marcelo Ebrard, por el lado de los no favoritos del presidente, es más conocido que Monreal, a lo que debe sumarse lo también expresado en esta columna hace ya muchos ayeres, en el sentido de que cuenta con todo un equipo de trabajo, que empezó a tejer alianzas apenas en los albores del gobierno de la 4T.

Esas alianzas están establecidas con todos los sectores de la sociedad, y para cada uno de ellos tiene a sus representantes, incluidos en la parte de los medios de comunicación, a la que él le da una elevada importancia.

Recientemente ha circulado la versión de que en ese equipo de trabajo figura un personaje detestable para la Cuarta Transformación: Manuel Mondragón y Kalb. Personaje octogenario, siniestro de presente y pasado oscuros, que no le suma puntos a Marcelo Ebrard, sino todo lo contrario.

Como secretario de Seguridad Pública con el propio Marcelo Ebrard renació la corrupción entre la policía capitalina, particularmente entre la de tránsito y con los también detestables grulleros y coloca arañas.

A lo anterior debe sumarse que por su sangre corre la traición; su abuelo, del mismo nombre que él, fue de los autores materiales del asesinato del considerado padre de la democracia, Francisco I. Madero, estando al mando del dictador, también traidor Victoriano Huerta.

Todo esto lo sabe Marcelo Ebrard, quien a pesar de ello se lo «vendió» al presidente López Obrador, quien al inicio de su gestión lo iba a colocar como su asesor, pero, como era de esperarse, las huestes morenistas y sociedad en general repudiaron al nieto del traidor, por lo que tuvo que salir por cuerdas del gabinete.Y ahora lo recupera Ebrard.

Al secretario de Relaciones Exteriores le depara, si no es favorecido, cómo se aprecia, de la benevolencia del presidente, una candidatura en la oposición.

Quien también se perfila por ese rumbo es Ricardo Monreal, que a pesar de sostener reuniones de alto vuelo, la más reciente con el embajador estadounidense, Ken Salazar, esto no le alcanzará para obtener la venia presidencial, y en ese sentido le espera la candidatura por la oposición, todo apunta que por el PRD.

El final de esta trama, estimado lector, pareciera estarse pincelando: Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López Hernández, serían los abanderados por Morena; Marcelo Ebrard por PRI, PAN y Movimiento Ciudadano; Ricardo Monreal, por PRD, y al final, la alianza de estos dos, el segundo declinando por el primero, previo acuerdo, al más viejo estilo priista.

En Cortito: Nos cuentan que en Campeche no cayó nada bien entre algunos integrantes del gabinete de la gobernadora Layda Sansores San Román, pero sobre todo entre los campechanos, que la secretaria de Seguridad Pública del Estado, Marcela Muñoz, permitiera que su hija Samantha Bravo Muñoz de 22 años y sin experiencia alguna en materia de seguridad y procuración de justicia, fuera nombrada directora de Seguridad Pública, Vialidad y Tránsito del municipio del Carmen. Nos dicen, que esta designación en nada abona, sino todo lo contrario, al discurso de la mandataria campechana que detesta los amiguismos y compadrazgos en el servicio público. Por ello al estilo de !Qué bonita familia! ¡Qué bonita designación!