Ayer en San Miguel Totolapan, Guerrero había soldados que no intervinieron para evitar la masacre; Guardia Nacional y refuerzos llegaron cuatro horas después

Una de las fotografías que circuló tras la masacre de San Miguel Totolapan, Guerrero, donde fueron masacradas al menos 20 personas muestra una camioneta de la Sedena frente al Palacio Municipal que en uno de sus extremos está completamente rafagueado.

Se ve un soldado en la batea, detrás de un arma larga empotrada en el vehículo.

Hoy sabemos que había presencia de soldados en el municipio; que la masacre ocurrió en la cabecera municipal y no en una ranchería alejada y que lamentablemente los soldados no intervinieron para hacer frente a los atacantes, quienes como suele ocurrir, escaparon impunemente.

Para qué queremos soldados en las calles hasta 2028 si son pocas las veces que intervienen para enfrentar a los criminales actuando en flagrancia.  ¿Por qué no actuan?

Básicamente porque los soldados actúan bajo órdenes y las órdenes son no intervengan a menos que tengan que hacerlo. Por eso se ha vuelto común ver imágenes de soldados siendo expulsados de comunidades, en ocasiones siendo humillados mientras emprenden la retirada.

Lo que pasó en Guerrero no es aislado. En el sur de Zacatecas, donde Dominio Público Noticias ha documentado extensamente como el CJNG toma comunidades enteras, hace unos días, los soldados fueron testigos de como un convoy de esos criminales entró al centro del municipio de Apulco a colocar narco mantas y ellos, como el chinito, nomás milando.

Un invitado permanente de la sociedad al Consejo Nacional de Seguridad Pública, relató recientemente a este medio lo que ocurre con los soldados en las calles y lo resumió así: «Son un pitbull amarrado» y cuando lo sueltan, suelen actuar con brutalidad, como ya lo vimos en Tlatlaya o en el mismo caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Son muchos los factores por lo que se puede argumentar que la presencia de los militares en las calles, en labores de seguridad pública, no es efectiva.

No saben integrar un Informe Policial Homologado, pieza clave para empezar la investigación de un hecho delictivo, sólo siguen órdenes y también hay un dejo de rechazo, de resentimiento que poco se ha hablado.

Me refiero a que la tropa siempre ha sido vista como «la perrada» y así han sido tratados. Mientras agentes federales llegaban a hospedarse a hoteles para participar en algún operativo, a los soldados los mandan a acampar a estacionamientos o parques, los tratan como ciudadanos de segunda.

Hay muchas evidencias de que la militarización no es la respuesta. No hay una estrategia de seguridad para pacificar al país y su participación es sólo reactiva. La masacre de San Miguel Totolapan, es una dolorosa muestra de ello.