La ola de violencia alejó a los turistas que asistían en Semana Santa, pero la corrupción y la falta de organización de las autoridades municipales dejó mucho que desear desde hace algunos años

Por Luis Alberto Beltrán | Twitter: @reporteroyosoy

La tradicional Feria de la Flor de Cuernavaca ha perdido su brillo, su esplendor y se ha ido marchitando con el paso del tiempo.

Lo que antes era un atractivo turístico importante donde artesanos locales exponían sus productos y los visitantes podían disfrutar de eventos familiares y espectáculos de calidad se ha degradado tanto que muy pocos muestran interés por acudir.

La ola de violencia alejó a los turistas que asistían en Semana Santa, pero la corrupción y la falta de organización de las autoridades municipales dejó mucho que desear desde hace algunos años.

La Feria de Flor llegó a competir, más no compararse, con las de otras ciudades, y hoy se ha convertido en un verdadero fraude.

En este 2023, el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, decidió concesionarla al empresario Rafael Burgos y éste excluyó a productores y empresarios locales. Presentó una cartelera con “dobles” de artistas y algunos, incluso, desmintieron su participación como Mi Banda El Mexicano y José Andrea, ex vocalista de Mago de Oz.

Los cuernavacenses se le fueron con todo al edil y sus mismos compañeros de gabinete, como Humberto Paladino, secretario de turismo, se lavó las manos de la organización y lamentó que su jefe haya tomado tal decisión.

Las principales cámaras empresariales repudiaron el trato que recibieron y marcaron un distanciamiento con el presidente municipal.

En contraste, Federico Figueroa, regresó con el Palenque a Cuernavaca, tras ser excluido por muchos años por las autoridades estatales y municipales en turno. Buscó la forma de estar presente y recuperar a un público que esperaba con ansias este tipo espectáculos con la seguridad que lo amerita.

En su primer fin de semana tuvo un éxito rotundo y las localidades de artistas como Alfredo Olivas y Julión Álvarez están agotadas.

José Luis Urióstegui enfrenta el descontento social por la que ha sido calificada como una “Feria Pirata”, aunado a los problemas de inseguridad que se han disparado y la falta de agua potable en esta temporada de estiaje.

No le dio el mínimo interés a la recuperación económica de los sectores productivos y dejó que la Feria de la Flor se marchite.