Son tantos los flancos por donde se puede atacar jurídicamente al gobernador que por eso advierte un escenario donde incluso la iglesia podría participar con marchas para exigir alto a la violencia

Por Luis Alberto Beltrán | Twitter: @reporteroyosoy

Recientemente, el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco quiso curarse en salud y advirtió que se avecina una campaña en su contra orquestada por sus adversarios.

En sus redes sociales escribió un breve comunicado en el que asegura que dicha estrategia se maquila para entorpecer el próximo proceso electoral.

Hasta el momento, ningún actor político ha dicho una sola palabra y no existe tal estrategia de linchamiento en contra del ex futbolista profesional.

A lo que quizá Cuauhtémoc Blanco se refiere es a un breve video que fue difundido hace dos meses en la plataforma de Tik-Tok, en el que aparece nada mas y nada menos que Homero Figueroa, presunto líder del Comando Tlahuica, uno de los capos con los que se reunió y tomó fotografías en una iglesia del municipio de Yautepec.

Allí «La Tripa», como le apodan a Figueroa, adelantó que dirá lo que realmente sucedió en dicha reunión y los acuerdos que hubo con el Cuau y su ex representante, José Manuel Sanz.

Si esas declaraciones salen a la luz como lo anunció el capo se confirmará lo que en su momento fue revelado por el Guacamaya Leaks, cuyos documentos de inteligencia del Ejército Mexicano indicaban que Blanco tenía vínculos con grupos de la delincuencia organizada.

Pero son tantos los flancos por donde se puede atacar jurídicamente al gobernador que por eso advierte un escenario de golpeteo, donde incluso la iglesia podría participar con marchas para exigir alto a la violencia.

Es tal el miedo del Cuau que ya contagió a su gabinete de seguridad, pues la semana pasada el jefe de la policía, Almirante José Antonio Ortiz Guarneros y el secretario de gobierno, Samuel Sotelo, se ofendieron por las críticas que hizo el diputado local Julio César Solis de Movimiento Ciudadano a la estrategia de prevención.

Y no solo eso, le exigieron al legislador que en 30 días haga lo que ellos no han hecho en cuatro años: mejorar los salarios de los policías y destinar los recursos suficientes para contar con una corporación a la altura de las exigencias de los morelenses.

Así que a partir de ahora cualquier crítica a la administración de Cuauhtémoc Blanco o a su persona podrá ser tomada como un ataque o una campaña de desprestigio.

Lo que no ha considerado Blanco es que está catalogado como uno de los peores gobernadores del país, que hay una denuncia de juicio político ya en el congreso, que Morelos ocupa los primeros lugares en la comisión de delitos, que no hay obras ni desarrollo económico, que no ha cumplido una sola promesa de campaña, y que por esos detalles los partidos de oposición tienen tela de donde cortar.