El presidente francés fue reelegido este domingo con más de 57 por ciento de los votos en la segunda vuelta de las presidenciales francesas

El presidente Andrés Manuel López Obrador se congratuló por el triunfo de Emmanuel Macron para reelegirse como presidente de Francia, y reconoció la ayuda de Jean-Luc Mélenchon en el proceso.

Mediante su cuenta de Twitter, el mandatario mexicano, quien guarda una estrecha relación con Mélenchon, escribió:

“Celebro el triunfo del presidente Emmanuel Macron. El pueblo francés volvió a ponerse cera en los oídos para no escuchar ‘el canto de las sirenas’; optó por su legado histórico: libertad, igualdad y fraternidad. Mucho ayudó mi amigo Mélenchon”, expresó.

Jean-Luc Mélenchon, candidato de Francia Insumisa, pidió a los electores el pasado fin de semana no abstenerse de votar, pero pidió también no hacerlo a favor de Marine Le Pen.

Macron fue reelegido este domingo con un más de 57 por ciento de los votos en la segunda vuelta de las presidenciales francesas con 97 de los sufragios escrutados, según la última actualización.

El pasado miércoles, López Obrador presumió de su llamada telefónica con su “compañero de izquierda” Mélenchon, el candidato izquierdista que obtuvo 22 por ciento de los votos en la primera vuelta, lo que celebró con el mensaje: “Francia tiene futuro”.

“(Francia) optó por su legado histórico: libertad, igualdad y fraternidad. Mucho ayudó mi amigo Mélenchon”, reafirmó este domingo López Obrador.

De acuerdo con EuropaPress, Mélenchon incluso ha dejado ver que comprende a aquellas personas que opten por no votar por Macron, pues se ha mostrado crítico de las medidas que ha tomado y que, afirma, atentan contra las libertades.

El liberal, de 44 años, evaporarse la mitad de la ventaja que hace cinco años le permitió ganar la presidencia, lo que muestra las heridas abiertas en un país por un periodo marcado por las crisis, desde los “chalecos amarillos” a la pandemia.

 

Otro signo inquietante es la baja participación, con una abstención en torno a 28 por ciento, la más alta en medio siglo en una segunda vuelta, solo superada por las presidenciales de 1969, marcadas por la retirada de De Gaulle tras las revueltas estudiantiles del año anterior y por un claro llamamiento a la abstención de la izquierda.

Consciente de esas máculas, Macron se mostró modesto en su discurso, pronunciado frente a la Torre Eiffel, a la que llegó de la mano de su esposa Brigitte y rodeado de un grupo de niños entre las notas del Himno a la Alegría, el mismo himno europeo que eligió hace cinco años frente al Museo de Louvre.

El presidente limitó la ceremoniosidad de 2017 y reconoció que el resultado de esa noche pone de manifiesto “un país lleno de dudas” y prometió trabajar para darles una respuesta.