López Obrador dijo que no tiene nada de que avergonzarse, ya que no es Felipe Calderón a quien por cierto, dijo, no persigue politicamente


El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que una carta y una petición fue lo que implicó el saludo que tuvo con la madre del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo” en la sierra de Sinaloa en marzo de 2020.

En la conferencia mañanera de este martes, el jefe del Ejecutivo dio a conocer los detalles de tal encuentro, de “ese gran vínculo, gran escándalo”, ironizó.

El mandatario contó que fue a supervisar el proyecto del camino entre Badiraguato y Guadalupe y Calvo, trabajos, dijo, que ya deben estar terminados.

Agregó en esto fue en la zona más alta de Sinaloa, muy cerca de la comunidad de Las Tunas, es el lugar de residencia la señora María Consuelo Loera Pérez, “creo que de ahí son ellos” y que en el trayecto de regreso ahí estaba la camioneta de la señora.

“Entonces me dicen que estaba la mamá de Guzmán Loera, porque me quería entregar una carta; le digo al que iba manejando: espérate, me voy a bajar y me bajé, y fui a ver, porque es una señora mayor, le saludé y me dio la carta”.

El presidente López Obrador comentó que María Consuelo le manifestó que no permitían a sus hijas visitar a su hermano en la cárcel: “Le quiero pedir para ver si nos ayuda para que vayan ellas”.

”Yo lo veo y sí, lo que decía en la carta era eso. La saludé y me subí a la camioneta”, refirió AMLO.

Luego reveló que “la carta fue tan en secreto” que la entregó a la Secretaría de Relaciones Exteriores para que se la hicieran llegar al embajador en Estados Unidos.

Según el titular del Ejecutivo nacional, la autoridad estadounidense respondió que sí iban a dar una oportunidad de que una de las hermanas del capo fuera a verlo.

López Obrador dijo que no tiene nada de que avergonzarse, ya que no es Felipe Calderón a quien por cierto, dijo, no persigue politicamente como lo denunció en España el ex presidente.

“No establezco relaciones de complicidad con nadie, por eso resisto, si no, ya me hubiesen destruido; no se puede participar en un proceso de transformación sin autoridad moral”.