AMLO nos tiene acostumbrados a su discurso en el que él es el centro de todas las cosas y la víctima de todas las situaciones

Miguel Camacho | @mcamachoocampo


Hace unos días platicaba con un primo sobre algunas situaciones complicadas en su trabajo. En una parte de la conversación me dijo: “Para bien o para mal a todo se acostumbra uno”. Muchas veces yo mismo he repetido la frase, pero en esta ocasión pensé: ¿De verdad debemos acostumbrarnos a todo como personas o como sociedad? La respuesta lógica sería “no”, pero en la realidad ya lo hemos hecho.

Ya nos hemos acostumbrado a un presidente que gobierna solo, que no hace caso a nadie que, en lugar de secretarios de despacho, tiene oficiales de partes que reciben oficios para luego presentárselos y, luego de consultarle, comunicar la respuesta, si es que no lo hace antes en una mañanera.

López Obrador nos tiene ya acostumbrados a su discurso en el que él es el centro de todas las cosas y la víctima de todas las situaciones.

Nos hemos acostumbrado a un presidente que emite acuerdos a sabiendas que violan la Constitución, al fin y al cabo, mandará a la congeladora todos los recursos que se presenten. Un ejemplo flagrante de esta violación a la Constitución lo vamos a presenciar el próximo 16 de septiembre con la entrega de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa.

Los mexicanos ya no decimos nada cuando nos presentan cortinas de humo con las que se quiere culpar al pasado de los problemas del presente. La más reciente de estas cortinas pudimos presenciarla el fin de semana que recién pasó. Fue la detención de Jesús Murillo Karam, por “delitos relacionados con el caso Ayotzinapa”. Por cierto, una detención realizada con el único objetivo de tener algo que mostrar el próximo mes de septiembre a los padres de los jóvenes muertos, porque en realidad no se ha avanzado en el caso.

Ya no nos asombramos cuando en las noticias escuchamos el reporte de los muertos, que ya superan los registrados durante el sexenio de Felipe Calderón.

Los mexicanos ya no decimos nada cuando una delincuente como Delfina Gómez será candidata al gobierno del Estado de México, una de las entidades más importantes del país.

Quienes vivimos en México ya nos acostumbramos a tener un gobierno que no entiende que en el mundo de hoy se deben hacer un lado las ideologías y defender los intereses del país.

Nos hemos acostumbrado a que la delincuencia organizada nos cobre derecho de piso, nos extorsione, nos asesine.

¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos acostumbramos? ¿Será que nos cansamos de luchar?

PD. Todo parece indicar que la alianza en el Estado de México ya se rompió. El PAN realizó en Toluca un mega acto para apoyar a Enrique Vargas del Villar. Veo ya muy difícil que se quiera bajar del carro. Mientras que por el lado tricolor el silencio continúa.