El 8 de octubre se cerró de forma definitiva el vertedero que daba servicio a la capital del estado y una veintena de municipios

El presidente de la ciudad de Oaxaca, Francisco Martínez Neri, pidió al Gobierno del estado solicite a la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) la declaratoria de emergencia por acumulación de basura.

El problema inició en julio pasado, cuando vecinos de la agencia municipal Vicente Guerrero acordaron la suspensión de actividades en el vertedero, que operó durante 40 años, con el argumento de que su vida útil había concluido y generaba contaminación en perjuicio de los ciudadanos.

Luego de un diálogo entre autoridades y habitantes de la zona se pactó una prórroga de tres meses para el cierre definitivo del depósito de basura y se fijó como plazo el 8 de octubre.

Al llegar esa fecha no se permitió el acceso a ningún camión, por lo que el servicio fue suspendido. Las autoridades municipales intentaron mitigar el problema con un programa emergente con el cual, dependiendo el día, se recogían residuos orgánicos o inorgánicos.

Sin embargo, surgieron protestas de colonos porque el servicio no abarcaba todos los sectores con la misma frecuencia que el centro histórico y otras áreas.

Desde entonces se han multiplicado los tiraderos clandestinos en zonas urbanas y cerca de caminos y carreteras.

La acumulación de basura en las imediaciones de escuelas o ríos ha comenzado a provocar daños en la salud.

Ante la falta de propuestas, los empleados iniciaron manifestaciones, que incluyeron un paro de labores y arrojar desechos en el zócalo de la ciudad, en la Plaza de la Danza y en los accesos al ayuntamiento.

Hasta ahora no hay una solución real a la vista.