López Obrador no quiere denunciar actos de corrupción, más bien quiere demoler la credibilidad de sus críticos para fortalecer su discurso de “víctima y mártir de la transformación”
Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo
Después de que el viernes pasado el presidente López Obrador atacara de una manera cruel (por dejársela barata) a la académica y analista María Amparo Casar, me queda claro que a pesar de toda la saliva que el primer mandatario ha gastado en decir que lo suyo no es la venganza, sus acciones demuestran que sí lo es. Otra cosa que me quedó clara es que para conseguir desquitarse de quienes considera sus adversarios, no le importa retroceder años, años y más años, para encontrar potenciales misiles en su contra.
Así lo hizo con la analista, retrocedió casi veinte años, a la trágica muerte de su esposo cuando era funcionario de Petróleos Mexicanos. Durante la mañanera del pasado 3 de mayo, el mandatario y el director de la paraestatal señalaron que la muerte del esposo de Casar no fue un accidente, como se dijo en ese entonces, sino un suicidio. La acusaron de cobrar fraudulentamente la pensión de viudez, el seguro de vida y otras prestaciones derivadas de la categoría de empleado de confianza de su marido. Anunciaron que buscarán recuperar los recursos que se le han entregado durante estos 20 años, los cuales calculan en 31 millones de pesos.
Este lunes, el presidente continuó con su embestida contra Casar. En esta ocasión López Obrador publicó el expediente académico de sus hijos, domicilios, documentos financieros, entre otros datos sensibles de la familia de la analista.
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- María Amparo Casar
A través de entrevistas en medios de comunicación, Casar negó las acusaciones presidenciales y recalcó que, contrario a lo que dice el presidente, no conoce a Bernardo Bátiz, entonces Procurador de Justicia del Distrito Federal, por lo que no pudo pedirle que cambiara el dictamen.
En una entrevista concedida este lunes a Adela Micha, Casar señaló que si ella hubiera pedido que se cambiara el dictamen y hubiera obtenido una respuesta positiva, la falta estaría del lado de los funcionarios que hicieron dicha modificación.
Pero, ¿qué movió al presidente a atacar de esta manera tan feroz a Casar y familia? La respuesta es la venganza, algo que el mandatario dice que no es lo suyo.
Maria Amparo Casar ha sido una de las analistas más incómodas para la administración, ya que preside Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), organización que ha sacado a la luz los principales actos de corrupción de este gobierno, como las redes de negocios de “Andy”, hijo del presidente.
Sin embargo, a López Obrador parece que se le olvidó que MCCI reveló la llamada “Estafa Maestra”, en el sexenio de Peña Nieto, caso que ha usado para ejemplificar la corrupción del pasado.
“Ahora que nos toca revisar el poder, en el caso de Andrés Manuel López Obrador, ahora sí le parecemos adversarios”, afirmó Casar en entrevista con Adela Micha.
La gota que derramó el vaso y que desató la furia presidencial contra María Amparo Casar fue la publicación de “Los puntos sobre las íes. El legado de un gobierno que mintió, robo y traicionó”, trabajo en el que la académica detalla el fracaso de la 4T.
Con acusaciones como las hechas contra Maria Amparo Casar, el presidente López Obrador no quiere denunciar actos de corrupción. Más bien quiere demoler la credibilidad de sus críticos para fortalecer su discurso de “víctima y mártir de la transformación”.
Tocará estar atentos en los próximos días para saber si el gobierno de la 4T inicia las acciones legales que anunció para que Casar devuelva los 31 millones, que aseguran el presidente y el director de Pemex, obtuvo de manera fraudulenta, o todo quede en uno más de los montajes teatrales de la 4T.
EN EL TINTERO
-Me encanta la lógica presidencial, NO HAY MÁS VIOLENCIA, HAY MÁS HOMICIDIOS. ¿Los homicidios no son en sí actos violentos? Por lógica, si hay más homicidios hay más actos violentos.
-¿Las violaciones a la ley del presidente López Obrador tendrán consecuencia algún día? Espero que sí.
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