Lejos de atender los conflictos políticos y de seguridad del estado, Cuauhtémoc Blanco prefiere seguir en lo suyo: el futbol y la farandula

Por Luis Alberto Beltrán | Twitter: @reporteroyosoy

El gobierno que encabeza Cuauhtémoc Blanco Bravo ha sufrido un desgaste que ha provocado serios problemas de ingobernabilidad y una creciente ola de violencia.

Durante su administración fueron asesinados el alcalde y el secretario del ayuntamiento de Xoxocotla; intentaron matar al edil de Tlalnepantla y recientemente fue ejecutado el ex presidente municipal de Tetela del Volcán.

Además, el pueblo de Zacualpan de Amilpas, reunido en asamblea, destituyó en enero pasado al alcalde Daniel Domínguez, quien acostumbraba portar un arma de fuego, situación por la que estuvo preso unos días.

Recientemente, la comunidad de Tetela del Volcán también obligó a su edil Luis Antonio Martínez Álvarez a presentar su licencia definitiva al cargo y ahora el congreso tendrá que designar a un alcalde sustituto, pero la terna que envió Cuauhtémoc Blanco no tiene el respaldo social de ese municipio.

Lejos de enfrentar la situación, El Cuau prefiere seguir en lo suyo, el futbol y la farándula. El fin de semana jugó un partido con Las Leyendas del América y enfrentaron a los magistrados que integran la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (CONATRIB), quienes se reunieron en esta entidad para analizar los asuntos más relevantes de justicia.

Por si esto no fuera poco, Cuauhtémoc Blanco sigue peleándose con todo aquel que se le atraviesa enfrente, ya sean periodistas, alcaldes, dirigentes de partidos, senadores, diputados, fiscales, magistrados o los propios militantes de Morena.

Ha dejado de tender puentes de comunicación y diálogo, a pesar de que se encuentra en la recta final de su mandato. Incluso en cada evento que asiste, aprovecha la situación para arremeter contra los legisladores locales que le quitaron la facultad de manejar de manera discrecional el presupuesto. Esa ha sido la nueva excusa para decir que no lo dejan trabajar.

Frente a este panorama, la inseguridad sigue creciendo por los conflictos políticos. Cuernavaca es ejemplo de ello, al no estar adherido al esquema de seguridad Mando Coordinado, ha dejado a su suerte a los habitantes a sabiendas de que la capital tiene apenas 300 policías que resultan insuficientes para brindar la seguridad que los ciudadanos exigen.

En municipios como Cuautla, Yautepec, Huitzilac, Emiliano Zapata y Temixco, los asesinatos están a la orden del día. No hay zona de Morelos que esté segura. La violencia se desborda, el crimen organizado mantiene intimidados a comerciantes y empresarios y actúan con total impunidad.

Pero estos escenarios de ingobernabilidad no parecen preocuparle al oriundo de Tepito, porque ya está pensando qué posición jugará en las elecciones del 2024.