Los senadores tienen la facultad, en nuestro nombre, de elegir a quien esté mejor calificado para ocupar uno de los asientos del máximo tribunal del país

Miguel Camacho | Twitter: @mcamachoocampo


La anulación de la primera parte del Plan B de la reforma electoral por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sacó de sus casillas al presidente y a sus “feligreses”. A los ministros del más alto tribunal del país los han tratado de “traidores a la Patria”. El argumento principal de los partidarios del presidente es que con su determinación, la SCJN invadió la esfera de facultades del Poder Legislativo.

Epigmenio Ibarra, uno de los principales personeros del presidente López Obrador, escribió en su cuenta de Twitter:

“Usted votó por las y los ministros de la SCJN? Yo no. Ahí están -escudándose en la defensa de la Constitución- usurpando las funciones del legislativo. Enquistada en el aparato del Estado la derecha conservadora lanza golpe legislativo. Que anulen el Plan B. Vamos por el Plan C.” (SIC.)

Por su parte el presidente López Obrador anunció una reforma constitucional para que los ministros de la SCJN sean elegidos por el voto popular. Sin embargo, no cuenta con los votos para que su iniciativa prospere, por tal motivo esperará hasta el mes de septiembre de 2024 cuando entre la nueva legislatura, para presentarla. Claro está, si consigue la mayoría calificada.

Sin embargo, dicha iniciativa, si la llegara a mandar, sería inútil porque usted, yo, los ciudadanos mexicanos, el pueblo mexicano, para estar más a tono con la narrativa oficial ya elegimos a los ministros de la SCJN

¿Cómo? Por medio de nuestros representantes en el Congreso, en específico en el Senado de la República. El artículo 96 de la Constitución dice:

“Para nombrar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia, el presidente de la República someterá una terna a consideración del Senado, el cual, previa comparecencia de las personas propuestas, designará al Ministro que deba cubrir la vacante. La designación se hará por el voto de las dos terceras partes de los miembros del Senado presentes, dentro del improrrogable plazo de treinta días. Si el Senado no resolviere dentro de dicho plazo, ocupará el cargo de ministro la persona que, dentro de dicha terna, designe el presidente de la República…”

Estimados amigos, si nos atenemos estrictamente de la Constitución, nosotros, ustedes y yo, YA ELEGIMOS A LOS MINISTROS DE LA SCJN porque la decisión final de su nombramiento está en manos del SENADO DE LA REPÚBLICA, es decir de NUESTROS REPRESENTANTES (o al menos así debería de ser), de ahí la importancia de que cuando acudamos a votar nos informemos lo más posible de las plataformas y las personas que están contendiendo por el cargo.

Los senadores tienen la facultad, en nuestro nombre, de elegir a quien esté mejor calificado para ocupar uno de los asientos del máximo tribunal del país. Entonces, ¿qué necesidad de complicar las cosas? ¿Qué necesidad de gastar dinero (ellos que promueven la austeridad) en una elección que tendrá de antemano poca participación? ¿Qué necesidad de politizar (más de lo que está) la justicia en México?
Pero el coraje de la 4T contra la SCJN va más allá, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, amenazó (aunque después dijo, que no dijo lo que dijo) con someter a juicio político a los ministros que votaron contra los deseos del presidente. Reitero mi pregunta, ¿qué necesidad?

EN EL TINTERO

Algo debe andar mal en la campaña de Delfina Gómez ya que su equipo comenzó a hablar de fraude electoral y Mario Delgado “pidió” (exigió) a los legisladores y personales de alto rango de su partido le den una manita a su abanderada mexiquense.

Muy interesante lo declarado por Alejandra del Moral, candidata de la Alianza Va por el Estado de México a la gubernatura de la entidad en entrevista con Joaquín López-Dóriga: “Morena pidió no tratar el tema Texcoco en los debates”.

Marcelo Ebrard está desojando la margarita para ver si se va de Morena en busca de su tan ansiada candidatura presidencial o se queda en el instituto político, a sabiendas que no será abanderado del partido guinda, como un simple elemento decorativo.

Y antes de terminar… ¡Felicidades a todas las mamás!