Si el gobernador Del Mazo quiere ayudar a que el PRI siga gobernando la entidad debe dejarse ver más

Miguel Camacho | @mcamachoocampo

El tiempo sigue avanzando, estamos ya a menos de un año de las elecciones para renovar la gubernatura del Estado de México, la joya de la corona en términos electorales por el número de votantes y último bastión del otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), que dicho sea con toda honestidad, no está haciendo mucho por conservarlo.

A menos de un año de los comicios pareciera que el PRI “duerme el sueño de los justos”, aunque su dirigente estatal, Eric Sevilla, diga que la “militancia no se raja” y que “les van a dar una zarandeada a los de la cuarta”, lo cierto es que “los de la cuarta” les llevan algo de ventaja.

“Los de la cuarta”, como los llama Sevilla, ya casi tienen candidata, digo candidata porque todo apunta a que nuevamente será la profesora Delfina Gómez, titular de la SEP, expresidenta municipal de Texcoco y delincuente electoral, la que abandere a Morena.

Por su parte el PRI no tiene ni siquiera un nombre que presentar a las negociaciones de una posible alianza. Se habla de dos mujeres y un hombre como posibles abanderados: Ana Lilia Herrera, diputada federal; Ernesto Nemer, exsecretario general de gobierno, y Alejandra del Moral, secretaria de Desarrollo Social, todos dicen estar listos y preparados, que esperarán los tiempos marcados por ley y el partido, mientras que el reloj sigue marcando las horas.

Pero desde mi punto de vista el PRI tiene otras dos dificultades que sortear de cara a las elecciones del año entrante: el bajo perfil de Alfredo del Mazo y los problemas político-legales de su dirigente nacional Alejandro Moreno, alias “Alito”.

Pongamos algo de desorden. Algunos militantes del PRI de “pura cepa” con los que he conversado me comentan que sienten al gobernador ausente.

 

“¿Dónde está? A estas alturas a Peña Nieto y a Eruviel se les veía inaugurando obras, en giras, pero a él nada”, me dijo el líder de los comerciantes de un municipio.

Lo cierto es que si el gobernador Del Mazo quiere ayudar a que el PRI siga gobernando la entidad debe dejarse ver más y aprovechar cada uno de los minutos que marque el reloj para realizar acciones contundentes, por ejemplo, en materia de seguridad y dejar por lo menos tibias las zonas de la entidad que actualmente están calientes.

En el caso de “Alito” Moreno, la militancia mexiquense debe ayudar a ejercer presión para que el dirigente nacional deje su puesto, de ser posible hasta el partido, y que en lugar de ser un elemento que sume, es ya un punto débil del instituto político y de una posible alianza.

Si quiere conservar el Estado de México el PRI y su militancia se tiene que poner a trabajar ya, porque “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” y “el reloj sigue marcando las horas”.

PD. Ahora que el presidente López Obrador envolvió en un manto patriótico las desavenencias con Estados Unidos y Canadá en materia eléctrica, empiezan a desmontarse varios mitos, por ejemplo, la expropiación petrolera. Resulta que lo que realmente expropió el presidente Cárdenas fueron las «instalaciones industriales» y no el petróleo, ya que desde 1917 la Constitución indica que el «oro negro» es propiedad de la nación.