Eduardo Rivera sabe que sí hubo un allanamiento en una casa del fraccionamiento donde vive pero no fue la de él, sino de tres mujeres que le debían dinero a presuntos montadeudas

Raúl García Araujo | @araujogar

La denuncia de un supuesto atentado contra Eduardo Rivera Pérez, candidato a la gubernatura del PRI, PAN, PRD y el local PSI en Puebla, tiene recovecos muy oscuros y está plagada de mentiras, para crear una narrativa de victimización, en el contexto de una contienda en la que el también ex alcalde de la capital está muy abajo en las proyecciones hacia el 2 de junio.

Rivera y sus correligionarios del PRIAN aseguran que el allanamiento en el fraccionamiento en el que vive, en la zona conocida como Zavaleta, en la capital del estado, fue para atacarlo y que los maleantes, una banda colombiana, le dejó la amenaza de balearlo.

Así lo ha repetido Eduardo y los dirigentes locales y nacionales de los partidos que lo abanderan, a sabiendas de que es información falsa.

Un reporte de instancias federales -al que tuvo acceso este reportero-, que se solicitó y se analizó, en el contexto de la importancia política que entraña, arroja que el allanamiento al fraccionamiento fue real, pero que las víctimas fueron las vecinas de Eduardo y que los hechos ocurrieron en otro domicilio, no en el del candidato.

Efectivamente, tres mujeres que son vecinas y se presume que amigas de la familia Rivera Pérez fueron golpeadas por al menos tres colombianos, dos varones y una mujer. Eso es cierto.

Los agresores viajaban en una camioneta Jeep Patriot blanca de modelo atrasado y fueron directamente contra las tres mujeres. Nunca supieron siquiera que en ese fraccionamiento vive el ex alcalde, quien dejó el cargo en diciembre pasado, para competir por la gubernatura, por cierto, con muy altos índices de percepción de inseguridad, al momento de abandonar el cargo para el que fue electo por tres años en 2021.

Pero los siguientes datos, de los que tienen conocimiento las autoridades federales y sus instancias de inteligencia, que serán revelados por primera vez, dan un vuelco brutal al caso:

Efectivamente, el allanamiento a la casa de las tres mujeres se registró el sábado 4 de mayo a las 22:48 horas, en la calle Florencia, esquina Diagonal Central, en la Colonia La Loma Zavaleta, Puebla, Puebla.

Las tres personas de origen colombiano entraron a la casa de las vecinas de Eduardo Rivera, para cobrar una deuda.

Se trató de un muy conocido modus operandi que bandas sudamericanas han aplicado en Puebla y otras ciudades, y que originaron en su país. Se le conoce como préstamo “gota a gota”.

Consiste en préstamos de dinero de pequeñas cantidades que se entregan de inmediato, sin necesidad de cumplir con ningún requisito formal, pero que tienen intereses tan altos que se convierten en deudas impagables, que las bandas recuperan o cobran después, aterrorizando o lastimando a los deudores.

De eso se trató el allanamiento, de acuerdo con la información en poder de instancias federales.

Al llegar las tres personas y no recibir su pago, golpearon a las mujeres, mientras proferían amenazas y maldiciones.

A una de ellas se le ocurrió amenazar, en su desesperación, a los atacantes: “¿no sabes quién vive aquí? (refiriéndose al fraccionamiento) Aquí vive el próximo gobernador”.

Uno de los agresores respondió, palabras más, palabras menos, de acuerdo con el informe: “pues cuando llegue lo recibiremos con un plomazo en la cabeza”.

Al final, los colombianos no pudieron cobrar y salieron en la camioneta Jeep Patriot blanca en la que había llegado.
Sin embargo, no llevaban suficiente gasolina y, con toda la calma y confianza del mundo, se detuvieron en la gasolinería más cercana, para cargar combustible.

Fue ahí, cuando fueron arrestados un varón y una mujer.

¿Qué equipo de “sicarios profesionales”, como han querido hacerlos ver los panistas, no llevan suficiente gasolina?

Luego de recabar distintas fuentes y declaraciones, esa es la información que tienen instancias federales.
Eduardo Rivera conoce toda esta información, pero ha insistido en sostener la versión que falsea los hechos.

Eso, en todos lados, se conoce como mentir.

En Cortito: En este espacio estamos pendientes de la fractura política que sufrió Morena por la imposición de la candidata a la presidencia municipal de Ecatepec.

Nos cuentan que las primeras muestras son preocupantes para el partido guinda, aquí los números.

Una reciente encuesta realizada a través de redes sociales en la que participaron cerca de 15 mil usuarios de Facebook, arrojó que el candidato a la presidencia municipal de Ecatepec, del Partido del Trabajo, Edwar Espíndola Uribe, ganaría las elecciones del 2 de junio, al recibir un respaldo de 75%, mientras que la candidata de Morena, Azucena Cisneros Coss, cae hasta el cuarto lugar con 5%.

El periodista Osvaldo Muller realizó la encuesta que finalizó este martes 7 de mayo, con un resultado de 11 mil 507 votos para el abanderado del PT (75.08%), mil 780 para el candidato del Partido Verde Indalecio Ríos Velázquez (11.6%), mil 116 para el aspirante de la coalición PRI, PAN y PRD Isidro Moreno Árcega (7.2%) y 802 votos para la abanderada de Morena Azucena Cisneros Coss (5.2%). El candidato de Movimiento Ciudadano, Tony León, solo obtuvo 121 votos (0.7%).

Los números revelan que a los mexiquenses de Ecatepec para nada les gustó la imposición. Tal es así que lo único que logró fue el fuerte posicionamiento del aspirante del Partido del Trabajo, Edwar Espíndola Uribe, a quien apoyan miles de simpatizantes y militantes de Morena descontentos con la designación de la ex diputada Azucena Cisneros como candidata a la presidencia municipal.

De perder Ecatepec, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, sufrirá un duro golpe ya que el municipio es el más importante en materia electoral en el Estado de México.