El criminalista Mauricio Reséndiz concluyó que el actor habría recibido un disparo de un arma superior al calibre .380 cuando se encontraba acostado sobre la carpeta asfáltica

El peritaje independiente sobre la muerte del actor, Octavio Ocaña, determinó que no se suicidó ni manipuló un arma de fuego, y contrario a la versión difundida por la Fiscalía del Estado de México, habría recibido un disparo de un arma superior al calibre .380 cuando se encontraba acostado sobre la carpeta asfáltica.

Según las conclusiones del criminalista Mauricio Reséndiz, a petición de la familia, se encontraron contradicciones. El peritaje establece que:»no existen indicios de huellas en el arma calibre .380 sin número de identificación, que determine el uso, tenencia y manipulación por parte del occiso».

Además, no hay «producción e intercambio de indicios de carácter químico», como plomo, bario o antimonio que establezcan que Ocaña accionó algún arma el día los hechos. Por lo que en el estudio, elaborado con actas médicas, dictámenes periciales, inspecciones, entrevistas e indicios recabados en la carpeta de investigación, se concluye que: «no realizó ninguna acción tendiente al suicidio».

Sobre las marcas del lado del conductor de la camioneta de Ocaña, concluye que: «no corresponden a un disparo de un arma de fuego calibre .380», y de acuerdo con las características de la lesión, «se puede concluir que la lesión es de un calibre superior».

Finalmente, cuestiona la mecánica de hechos aportada por el perito Juan Carlos Piña, la cual, no sería «coincidente con los indicios producidos dentro del vehículo en el que viajaba», y se determina que el actor habría sido prácticamente «ejecutado».

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) determinó que la muerte de Octavio Ocaña fue de manera accidental debido a que al momento de chocar la camioneta en la que viajaba, el arma que empuñaba el actor en la mano derecha, ésta se accionó y el proyectil se le incrustó en la parietal derecha con orificio de salida por la parietal izquierda.

De los resultados de los dictámenes periciales, así como de los testimonios ante el Ministerio Público de los acompañantes del occiso y de los policías municipales que realizaron la persecución señalada, se concluye que a consecuencia del impacto de la camioneta, accidentalmente Octavio N disparó a sí mismo el arma de fuego que tenía en la mano derecha, la bala le impactó en la cabeza y por esta lesión perdió la vida cuando era trasladado al hospital para recibir atención médica.

El gobierno del Estado de México actualmente ofrece una recompensa de 300 mil pesos a quien proporcione información que lleve a la detención del ex policía de la Dirección General de Transito del municipio de Cuautitlán, Gerardo Rodríguez García, gobernado por la panista, Karla Fiesco.