A sabiendas que es la consentida de AMLO, Sheinbaum ha asumido una actitud soberbia pese a que en 2021 perdió la ciudad para Morena

Raúl García Araujo | @araujogar

A Claudia Sheinbaum Pardo se le descompone el tablero político; la oposición trabaja para ir en bloque a la contienda, y Morena, propiedad de Mario Delgado, jala con Marcelo Ebrard, y enfrenta a una prensa hostil, derivada de la falta de acercamiento con los reporteros.

Por todo ello, se prenden los focos rojos en el partido guinda, ante la incógnita de si mantendrá o no el poder en la capital del país en 2024.

Por primera vez, desde 1997, en que llegó como primer jefe de Gobierno el excandidato presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas, -y de ahí la izquierda no soltó el poder-, hoy no hay certeza real de que mantenga el gobierno de la capital del país.

Algo de esto se esbozó en las elecciones del 2021 cuando se perdieron varias alcaldías, entre ellas Cuauhtémoc, donde gobierna Sandra Cuevas.

La marcha del pasado domingo en defensa de la democracia y el INE, rompió con el mito de que Morena llegó para quedarse en la Ciudad de México.

Miles de personas pintaron de rosa y blanco, Paseo de la Reforma, esa avenida emblemática que utilizó Andrés Manuel López Obrador para su defensa por el proceso de desafuero en 2005 o del supuesto fraude electoral de 2006.

La participación de miles de mexicanos a este movimiento, además de fracturar la reforma electoral del presidente López Obrador, puso en evidencia la falta de oficio político de Claudia Sheinbaum Pardo.

Es decir, su discurso no convence a quienes gobierna en la capital del país, tan es así que salieron a las calles a gritárselo.

Ella busca mil y una justificaciones, pero lo cierto, es que en 2021 los ciudadanos le demostraron que no están de acuerdo con sus políticas de gobierno y votaron por una alternativa de cambio.

El año pasado, los capitalinos salieron a las urnas y le mandaron un mensaje directo a Claudia Sheinbaum Pardo y a Morena, en el sentido de que tienen el poder de sacarlos de las oficinas del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

La jefa de Gobierno capitalina, lejos acusar de recibo, al perder casi la mitad de las alcaldías, ha asumido más una actitud de soberbia, al igual que a cada uno de los que componen su gabinete, quienes ya se sienten con la candidatura presidencial, al más puro estilo añejo del Estado Mayor Presidencial, ese que tanto detesta el presidente López Obrador.

Todos con sus chícharos y actitudes prepotentes, desplazando y regañando a la gente, en cada evento por el que realiza su ficha presidencial.

Volviendo a la jefa de Gobierno, la información sobre su mal gobierno salta a la vista.

La ciudad está abandonada en los sectores primordiales como son la seguridad pública, servicios urbanos y públicos.

La ola de feminicidios que ocurren en la Ciudad de México, 53 en lo que va de 2022, según el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la tienen en el ojo del huracán como una gobernante que no está atendiendo este problema.

Además de esto, como nunca antes visto, grupos de la delincuencia organizada ven en la capital del país tierra fertil para asentar las bases para expandir sus negocios ilícitos, ante la mirada ciega de las autoridades.

No solo eso, para vergüenza de Sheinbaum Pardo y su administración, hay que sumar el robo de coladeras en avenidas, que la semana pasado causaron la muerte de dos jóvenes en la alcaldía Iztacalco.

A la lista de deficiencias, hay que agregar el deterioro, sin mantenimiento, de las principales vialidades de la Ciudad de México.

Los vendedores ambulantes saltan hasta de las piedras, sin control alguno, y que hacen de las calles, zonas de su territorio, incluso en las salidas y entradas de coches de las viviendas particulares, como ocurre en las zonas de los pedregales de la Alcaldía de Coyoacán, del panista Giivani Gutiérrez.  Es decir, los alcaldes se van por la libre.

Esa es la carta de presentación de la jefa de Gobierno que cada semana va a presumir a sus giras de promoción por varios estados del país.

Ella (Claudia Sheinbaum Pardo), cree que tiene el arrojo, arrastre o fuerza de López Obrador y por eso puede aspirar a sucederlo en 2024.

Si bien es cierto, que es una de las “corcholatas” más queridas del tabasqueño, lo importante aquí, son los resultados que está dando en la Ciudad de México.

Se cree el cuento de sus incondicionales que la han metido en una búrbuja, que todo esta bien y que su trabajo lo hace de maravilla, y que por ende, puede aspirar a la candidatura presidencial de Morena en 2024.

Sin embargo, si quiere ganarse esa nominación, lo primero que tiene que hacer, es recobrar el control político y simpatía de quienes viven en la Ciudad de México que la está perdiendo por sus acciones y declaraciones de brote pronto y sin oficio.

Le haría bien, recorrer cada calle de la capital del país, para conocer el pulso y sentir de la gente para ganarse de nuevo su apoyo.

En lugar de andar de gira en el país, debe consolidar la base electoral de la Ciudad de México porque sino lo hace en 2024 será arrebatado por la oposición.

En Cortito: Nos cuentan que más tardó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en salir a defender al gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, que medios de comunicación como Eje Central y Proceso, publicaron extensos reportajes de los vínculos del ídolo nacional con el crimen organizado. Periodistas de Eje Central revelaron cómo la presencia de organizaciones criminales como Los Rojos, el Cártel Jalisco Nuevo Generación y Guerreros Unidos, tienen el control del estado, bajo el cobijo de las autoridades. No cabe duda que el futuro del  gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo será el de dar cuentas a los morelenses sobre el involucramiento de su administración con el crimen organizado. Después de la revelaciones periodísticas, la jefa de Gobierno, decidió mejor guardar silencio, pues no puede volver a salir a defender lo indefendible.

Nos cuentan que la Ciudad de México será sede de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) más influyente del mundo. El evento tendrá lugar este 18 y 19 de noviembre en en el Hotel Westin Santa Fe. Será presidido por por el actor y productor de cine, activista de derechos humanos, Eduardo Verástegui. Se espera la presencia del senador estadounidense, Ted Cruz, así como el el ex embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau y la activista y luchadora social contra la trata de personas, Rosi Orozco.