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Dos meses de silencio: el abandono institucional tras la desaparición de policías en Teocaltiche

Dos meses de silencio: el abandono institucional tras la desaparición de policías en Teocaltiche

El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Juan Pablo Hernández, informó que sostuvo apenas un primer contacto con la alcaldesa Margarita Villalobos para coordinar “algunas líneas de acción”.

Han pasado más de dos meses desde la desaparición de ocho policías municipales de Teocaltiche, Jalisco, y apenas ahora la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en coordinación con el Ayuntamiento, empieza a considerar mecanismos de apoyo para las familias de los oficiales, evidenciando una preocupante lentitud institucional frente a un caso de violencia extrema.

Los hechos ocurrieron el pasado 18 de febrero, cuando los oficiales, junto con un chofer, se dirigían a Guadalajara para realizar exámenes de control y confianza. Al día siguiente, cuatro de ellos fueron hallados asesinados y desmembrados, sus restos abandonados en bolsas en un tramo carretero cercano a la comunidad de La Esperanza. Desde entonces, no se tiene información sobre el paradero de los demás elementos.

Pese a la brutalidad del crimen y la gravedad de la situación, las autoridades estatales y municipales no habían articulado ninguna medida concreta de apoyo a las familias afectadas hasta ahora. El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Juan Pablo Hernández, informó que sostuvo apenas un primer contacto con la alcaldesa Margarita Villalobos para coordinar “algunas líneas de acción” que permitan brindarles ayuda económica y acompañamiento.

“Lamentablemente, cuando pasan este tipo de situaciones, nadie se hace cargo de las familias. Las dejan solas, sin trabajo, y pueden pasar por situaciones muy complicadas”, reconoció el funcionario, con una honestidad que deja en evidencia la falta de protocolos y atención estructural para los elementos de seguridad y sus familias.

El funcionario aseguró que continúan los operativos de búsqueda en municipios de la región Altos Norte, aunque no ofreció detalles específicos sobre avances, ni posibles líneas de investigación. También mencionó que se proporciona atención psicológica a las familias, aunque no se precisó desde cuándo ni con qué recursos.

El mismo 19 de febrero, día en que fueron hallados los cuerpos, la Secretaría de Seguridad intervino las comisarías de Teocaltiche y Villa Hidalgo y puso en marcha una serie de operativos que derivaron en la localización de casas de seguridad, armamento de alto calibre y la detención de presuntos integrantes del crimen organizado.

Sin embargo, ni las detenciones ni los aseguramientos han arrojado claridad sobre la desaparición de los otros policías, ni sobre los motivos detrás de este ataque directo y coordinado, lo cual aumenta la percepción de impunidad y desprotección para los cuerpos de seguridad que operan en zonas marcadas por el conflicto entre grupos criminales.

Mientras tanto, las familias de los desaparecidos siguen esperando respuestas, justicia y, al menos, un respaldo institucional que debió llegar desde el primer momento. La tardía reacción de las autoridades solo profundiza el dolor y la incertidumbre de quienes han sido doblemente víctimas: de la violencia y del abandono oficial.

Pongamos el desorden: ¿Se resolverá el caso Teuchitlán?

Pongamos el desorden: ¿Se resolverá el caso Teuchitlán?

El gobierno federal está cambiando su forma de enfrentar la inseguridad. Hay operativos y detenciones.

Miguel Camacho @mcamachoocampo

Este miércoles el fiscal general de la República, Alejandro Hertz Manero, confirmó que la dependencia a su cargo atraería las investigaciones del caso del “Rancho Izaguirre”, en Teuchitlán, Jalisco.

El fiscal Gertz acusó a la Fiscalía de Jalisco de omisiones en las investigaciones tras el cateo del predio en septiembre pasado. Señaló que no se hicieron análisis, no se tomaron testimonios, tampoco se clasificó evidencia. Reconoció que se encontraron restos humanos, pero subrayó que no se puede afirmar que las muertes se hayan producido en el lugar.

Lo dicho por el fiscal me hace pensar en  cosas, buenas y otras no tan buenas.

Comencemos por las buenas. El gobierno federal está cambiando su forma de enfrentar la inseguridad. Hay operativos y detenciones.

Otra cosa buena es que el caso no fue puesto debajo de la alfombra y se decidió tomar el toro por los cuernos.

Ahora veamos las cosas no tan buenas. Jalisco es uno de los pocos estados del país en los que Morena no ha podido plantar su bandera en el gobierno estatal. Esta situación me lleva a plantearme la siguiente pregunta: ¿Hubieran actuado igual si el gobierno estatal fuera emanado del partido en el gobierno? Quiero pensar que la respuesta es sí.

Quiero pensar que la respuesta es sí, porque eso significa que todos los casos se deben investigar no importando colores o ideologías y eso es un paso en la dirección correcta.

Pero veamos el caso contrario, que la respuesta sea no. Eso significaría que el gobierno está viendo esto como una oportunidad de clavar un dardo en la debilitada oposición.

Otra cosa no tan buena en la que pensé es que por más voluntad que se le ponga a las investigaciones, la cosa no pasará de un zafarrancho político y, en el mejor de los casos, se abrirá proceso a un par de funcionarios, pero de ahí nada más.

No se le podrá dar un cierre a algunas de las miles de familias que buscan a sus desaparecidos, porque no se cuenta con la tecnología para hacer pruebas, pero principalmente, porque las autoridades pecaron por omisión.

EN EL TINTERO

En entrevista con Joaquín López-Dóriga, secretario de Educación, Mario Delgado, dijo que Marx Arriaga, el creador de los libros de texto de AMLO criticara la decisión de revisarlos.

Por dignidad, Arriaga debería renunciar.