por Dominio Público | Sep 23, 2025 | Opinión
México, la nación mexicana, entonces, no se sostiene únicamente en un contrato social, sino en un contrato emocional.
Miguel Camacho @mcamachoocampo
Con las fiestas patrias quedó inaugurado formalmente el maratón de celebraciones que va del Grito de Independencia a la Candelaria. Entre matracas, cohetes y cantos, me descubrí pensando en algo que rara vez se dice en medio del festejo: ¿qué es lo que realmente nos une como mexicanos?
Según una encuesta nacional de Parametría realizada en 2024, 63% de los mexicanos afirma que el orgullo nacional proviene de la cultura y las tradiciones, no de los gobiernos ni de los partidos. El lazo afectivo con el país se sostiene más en la música, la comida y la memoria compartida que en la política.
Ese dato es un golpe a la vanidad de los políticos. Las personas que acudieron al Zócalo el pasado 15 de septiembre no fueron a ver a Claudia Sheinbaum; asistieron a vivir el grito, a gritarlo, a sentirlo.
Pero esa fibra emocional que une a los mexicanos no desaparece porque no se encuentren en territorio nacional. La gastronomía, el lenguaje, la música y hasta el fútbol se vuelven vínculos con el país.
“A mi lo que más me recuerda México es la gastronomía. Sentir sabores que tradicionalmente comía en casa, como los choux que resulta que son muy de Francia (el St honoré sabe igualito a los choux que hacía mi mamá en forma de cisne) y las alcachofas que también son muy comunes acá en España… Cuando llegué a Madrid me obsesioné con los torreznos que son chicharrones de cerdo. No es que me gustaran tanto, de hecho casi no lo comía en México, pero era un sabor que me recordaba a mi familia, a mis amigos, me recordaba México”, comenta Maricela Salazar, quien actualmente vive en Madrid.
Para Maricela, además de la comida, el lenguaje es otro vínculo con México:
“Si pienso en algo menos personal, pero igualmente entrañable sería el lenguaje. El español de México y, por lo tanto, el sentir mexicano es muy nuestro. Si estábamos reunidas varias personas de diferentes partes del mundo donde todas hablaban español, en lo que menos nos parecíamos era en el lenguaje. El español es tan diferente en cada rincón del planeta que inmediatamente sabes cuando alguien es de los tuyos, por el acento, pero sobre todo por las palabras, las frases, el sentir mexicano. ¿A poco? ¡Aguas! Y ya si alguien dice chingón, chingos o apapacho, no tengo duda de que ahí hay un corazón mexicano…”
México, la nación mexicana, entonces, no se sostiene únicamente en un contrato social, sino en un contrato emocional. Los himnos, los goles, las fiestas patronales, los duelos colectivos, los sabores, los sonidos, la forma de hablar, todo eso es territorio, todo es patria.
México no es solo una geografía; es un pulso. Un país que sentimos antes que razonamos, que lloramos y celebramos, que nos duele y nos salva al mismo tiempo.
por Dominio Público | Sep 19, 2025 | Opinión, Principales
Y Sepa La Bola pero con rumbo al Mundial 2026, también existen alertas sobre la transparencia en el deporte y el manejo de recursos públicos.
Claudia Bolaños @claudiabola
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, realizó una visita oficial a México y, durante su conferencia conjunta con la presidenta Claudia Sheinbaum, resaltó la importancia del Mundial de fútbol que se celebrará en los tres países que integran el tratado de libre comercio: Canadá, México y Estados Unidos.
Señaló que este evento representa una oportunidad para fortalecer los lazos entre las tres naciones y enfatizó que la derrama económica generada permitirá impulsar inversiones en infraestructura.
Y Sepa La Bola pero con rumbo al Mundial 2026, también existen alertas sobre la transparencia en el deporte y el manejo de recursos públicos.
Tal es el caso de Sudamérica, donde el fútbol presuntamente se convirtió en vehículo para intereses privados y redes offshore. Tal es el caso Petropar–Doha Holding que expone un patrón que debería preocuparnos: grandes eventos deportivos pueden ser usados para lavar imagen, desviar fondos o legitimar acuerdos opacos. Lo que sucede en Paraguay y la Conmebol no es un escándalo distante, sino una advertencia directa para un país que pronto estará bajo los reflectores del fútbol mundial.
Se dice que el contrato entre Petropar y Doha Holding por 61 millones de dólares no fue solo una compra irregular de diésel. Presuntamente, abrió la puerta a vínculos opacos entre la petrolera estatal, la Conmebol y cuentas offshore que comprometen la confianza en el fútbol sudamericano.
Acusan a Petropar de adjudicar de forma directa a una empresa sin experiencia, y de otorgar prórrogas pese a incumplimientos. Presuntamente, el aval del jeque Khalifa Hamad Al-Thani, aceptado sin respaldo bancario, revela un trato preferencial difícil de justificar.
Se dice que el abogado Julio Ernesto Jiménez Granda, vinculado a Doha Holding, movió fondos millonarios en cuentas de Shanghái y Catar. Presuntamente, sus lazos familiares con Monserrat Jiménez, figura clave de la Conmebol, conectan al máximo organismo del fútbol sudamericano con este negocio.
Acusan a Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, de ser único autorizado en una cuenta en Dubái que habría recibido más de 23 millones de dólares desde sociedades en Medio Oriente. Presuntamente, estos movimientos financieros no tienen contratos claros que los respalden.
Se dice que una transferencia de 2,7 millones de dólares a Ahmed Al-Thani, miembro de la realeza catarí, muestra un patrón repetido: dinero que circula entre dirigentes del fútbol y la élite de Catar bajo conceptos poco transparentes.
Presuntamente, este caso no solo pone en entredicho a la Conmebol y a Petropar, sino a las instituciones encargadas de garantizar integridad y control. Acusan que el fútbol sudamericano vuelve a estar bajo sospecha de corrupción.
Se dice que, si se comprueban estas conexiones, la credibilidad del deporte regional sufrirá un golpe difícil de revertir. Presuntamente, la mezcla de intereses deportivos, políticos y financieros amenaza con erosionar aún más la confianza pública. Acusan que este escándalo podría convertirse en un símbolo de cómo el poder y el dinero, sin supervisión, distorsionan tanto el juego limpio como la gestión responsable de los recursos estatales.
por Dominio Público | Sep 18, 2025 | Opinión, Principales
En lo comercial y energético dependemos de Estados Unidos. Nuestro vecino del norte nos vende más de la mitad del gas natural que necesita la industria nacional y la generación eléctrica.
Miguel Camacho @mcamachoocampo
Cada 15 de septiembre, desde el balcón central de Palacio Nacional, el presidente en turno lanza arengas recordando a los héroes de la “gesta libertaria”.
Uno de los conceptos que toma fuerza en estas fechas es el de soberanía. Cada gobernante la entiende a su modo. En su discurso del 16 de septiembre, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que la “soberanía es el derecho a ser nosotros mismos”.
Después de escucharla, me puse a pensar en la capacidad real de México —y de los mexicanos— de ser nosotros mismos, cuando dependemos de factores externos que limitan ese derecho. Veamos algunos casos.
Dependemos de las remesas que mandan los migrantes: 63,300 millones de dólares en 2024, cifra récord según el Banco de México, equivalente a casi 3.8% del PIB.
En lo comercial y energético dependemos de Estados Unidos. Nuestro vecino del norte nos vende más de la mitad del gas natural que necesita la industria nacional y la generación eléctrica. También es el destino de la mayoría de nuestras exportaciones.
Si queremos poner más desorden al asunto, en materia de entrenamiento e información dependemos de plataformas extranjeras como Google, Meta, Netflix o incluso las de inteligencia artificial.
Y si hablamos de tecnología, la dependencia es todavía mayor.
La paradoja es enorme. Mientras el discurso oficial celebra la soberanía y se desgarra las vestiduras asegurando su defensa hasta el último aliento, el mercado nos recuerda nuestras cadenas invisibles.
Guillermo Bonfil Batalla, en “ México profundo”, ya lo advertía: “vivimos atrapados entre la retórica de un Estado independiente y la realidad de una nación subordinada”. Esa brecha no se ha cerrado; al contrario, parece ensancharse.
¿Hay forma de romper nuestra dependencia del exterior y ejercer con más libertad nuestro derecho a ser nosotros mismos? Sí, pero hace falta voluntad.
Voluntad para trabajar en conjunto con quienes no piensan como nosotros. Voluntad para apoyar a los creadores. Voluntad para gastar lo que se tenga que gastar en el desarrollo del país y en el crecimiento de la gente, reduciendo así la dependencia de programas sociales. Porque el presupuesto en programas sociales no es un timbre de orgullo, más bien de preocupación.
Hay que invertir en la gente, para que pueda ejercer su derecho a ser ella misma y generar un efecto virtuoso que saque a México de su pesada dependencia. Sólo entonces podremos decir, con hechos y no con discursos, que México ejerce el derecho de ser él mismo.
EN EL TINTERO
Tal vez, cuando usted lea estas líneas, el presunto líder de “La Barredora”, Hernández Bermúdez, ya esté en territorio nacional. ¿Hablará? ¿Denunciará a alguien? ¿Alguien tendrá miedo?
por Dominio Público | Sep 17, 2025 | Opinión, Principales
Por más que Azucena Cisneros intente negar hoy cualquier acercamiento con El Choko, ya no depende de ella. El capo sabe demasiado y su propia estrategia de defensa será involucrar a quienes lo dejaron actuar con libertad y total impunidad.
Raúl García Araujo @araujogar
La detención de Alejandro Gilmare Mendoza, alias El Choko, y su traslado al penal de máxima seguridad del Altiplano es el golpe más fuerte contra las estructuras criminales que operaban en Ecatepec, pero también la sacudida política más peligrosa para Morena en el Estado de México.
El Choko no cayó de la nada. Desde inicios de 2025, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, trazó la Operación Enjambre para desmontar las redes de complicidades que habían convertido a Ecatepec en un santuario criminal. Y en el centro de ese entramado aparece un nombre incómodo: Azucena Cisneros.
No es posible negar los hechos: videos difundidos en redes sociales muestran a la hoy alcaldesa de Ecatepec al lado de El Choko, presentándolo como “un gran hombre” e incluso invitando a fiestas donde corrían armas largas, droga y alcohol como si fueran trofeos.
Bajo su manto político, la organización La Chokiza creció hasta controlar extorsiones, despojo de viviendas, préstamos ilícitos y narcomenudeo. Ciudadanos del fraccionamiento Las Américas y de la Quinta Zona denunciaron cómo integrantes de esta banda ingresaban a viviendas, cambiaban cerraduras y marcaban las casas con calcomanías de su organización.

Hoy, con El Choko encerrado en el Altiplano, la amenaza para Morena no está afuera, sino adentro: cada declaración del capo puede arrastrar nombres y abrir expedientes.
La Fiscalía del Estado de México, bajo el mando de José Luis Cervantes Martínez, ya documenta cada una de estas complicidades. Y cuando las órdenes de aprehensión empiecen a caer, quedará claro que Ecatepec fue entregado a los criminales con la venia de políticos morenistas.
Andrés Manuel López Obrador lo entendió desde el inicio: cuando se le cuestionó sobre Azucena Cisneros, prácticamente la desconoció. Ahora el Gobierno Federal enfrenta la misma disyuntiva. No hay espacio para la ambigüedad: o se deslinda de ella o carga con el costo político de encubrir a una alcaldesa manchada por la sombra del crimen organizado.
La segunda fase de la Operación Enjambre tendrá que desplegarse con toda la fuerza del Estado. Ecatepec no puede volver a ser territorio entregado a criminales con credencial de aliados políticos.
La Cuarta Transformación está frente a una prueba de fuego: limpiar sus filas o cargar con la vergüenza de haber convertido al municipio más poblado del país en la capital de la impunidad.
Por más que Azucena Cisneros intente negar hoy cualquier acercamiento con El Choko, ya no depende de ella. El capo sabe demasiado y su propia estrategia de defensa será involucrar a quienes lo dejaron actuar con libertad y total impunidad. Su palabra puede convertirse en la piedra que derrumbe el castillo de complicidades en Morena.

El futuro político de Ecatepec estará marcado por lo que El Choko declare desde prisión. Cada nombre que pronuncie será un expediente abierto, cada revelación un golpe directo a quienes enarbolaron el discurso de la transformación mientras pactaban con el crimen. La ciudadanía ya no se conforma con deslindes tibios: exige justicia y claridad.
La dirigencia nacional de Morena, encabezada por Luisa María Alcalde, no puede cargar con lastres ajenos. Si quiere blindar al partido en el Estado de México, tendrá que tomar distancia inmediata de Azucena Cisneros y permitir que las investigaciones avancen sin protección política.
La disyuntiva es clara: o se corta de raíz la complicidad con el crimen organizado, o se paga el costo de permitir que Ecatepec se hunda en la violencia y en la traición a los principios de la 4T.
En Cortito: Nos cuentan que en los últimos años la delincuencia organizada en Ecatepec y en buena parte del Estado de México intentó hacerse pasar como sindicatos y organizaciones sociales, que supuestamente defendían a trabajadores, comerciantes, transportistas y todo tipo de gremios de supuestos abusos de las autoridades.
Así proliferaron organizaciones como La Chokiza, Grupo Táctico Delos, Sindicato 25 de Marzo, Sindicato 22 de Octubre, Mayas y la Uson, todos bajo el mando de un personaje que fue regidor y candidato a diputado por el PRD: Guillermo Fragoso Báez, El Jefe.
La Fiscalía General de la República informó que acaba de obtener una orden de aprehensión contra este sujeto que tejió acuerdos políticos a cambio de impunidad con la presidenta municipal morenista de Ecatepec, Azucena Cisneros, y otros personajes que no tardan en salir a desconocerlo después de que recibieron grandes aportaciones económicas para sus campañas políticas.
por Dominio Público | Sep 16, 2025 | Opinión, Principales
El primer “grito de independencia” de la doctora Sheinbaum también tuvo su lado político.
Miguel Camacho @mcamachoocampo
¿Qué tal les fue de grito? Por primera vez en la historia del país una mujer recordó a quienes encabezaron el movimiento de independencia.
Como cada mandatario, la presidenta Sheinbaum le dio su toque a las arengas, dándoles un perfil, digamos, feminista. Incluyó a Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra y Manuela Molina. A la corregidora de Querétaro la mencionó con su nombre de soltera: Josefa Ortiz Téllez-Girón.
Qué bueno que recordó a la parte femenina del movimiento. En la “lista de próceres” que nos enseñaron a venerar en la escuela no están todos los que son. Y también hay que reconocer que muchos de los que están tienen sus “asegunes”.
Pero el primer “grito de independencia” de la doctora Sheinbaum también tuvo su lado político, al incluir frases como:
¡Vivan las mujeres indígenas!
¡Vivan nuestras hermanas y hermanos migrantes!
¡Viva la dignidad del pueblo de México!
¡Viva la libertad!
¡Viva la igualdad!
¡Viva la democracia!
¡Viva la justicia!
¡Viva un México libre, independiente y soberano!
Saben, estimadas amigas y amigos, cómo me gustaría que cada una de las frases anteriores se tradujera en acciones de gobierno concretas. Por ejemplo, en programas que brinden oportunidades a mujeres indígenas para romper el círculo vicioso en el que se encuentran.
¿Por qué no asociarse con la iniciativa privada y crear empleos dignos, para que cada vez menos mexicanos tengan que salir del país en busca de una mejor vida para sus familias?
Y sería mejor quitarle al gobierno la carga ideológica y de superioridad moral, escuchar a todos —no nada más a los suyos— y así construir una verdadera democracia.
O dejar de opinar sobre procesos internos de otros países y en su lugar tender lazos con naciones como Perú, Ecuador o España.
Pero les decía que en la lista de héroes patrios faltan muchos. Hombres y mujeres que no escribieron libros ni encabezaron batallas, pero que todos los días trabajan para sacar adelante a sus familias.
En el “grito de independencia” también faltan nombres como el de Alicia Matías Teodoro, la mujer que cubrió a su nieta con su cuerpo tras la explosión de la pipa de gas en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa.
Para ellos, los que faltan en las arengas del 15 de septiembre, un recuerdo de gloria.
EN EL TINTERO
Una propuesta para Clara Brugada, jefa de Gobierno de la CDMX: crear la medalla Alicia Matías Teodoro para reconocer actos heroicos en favor de la población.
¿Cree usted que Adán Augusto López esté nervioso por la captura en Paraguay de su ex secretario de seguridad en Tabasco?
por Dominio Público | Sep 12, 2025 | Opinión, Principales
Su discurso revela lo que queda de su administración: una gestión hueca, sin logros que anunciar, sin rumbo y con un saldo sangriento que la persigue.
Raúl García Araujo @araujogar
El primer informe de gobierno de Silvia Margarita Villalobos Delgado, presidenta municipal de Teocaltiche, Jalisco, fue un monumento a la omisión. En medio de uno de los capítulos más sangrientos en la historia reciente del municipio, la alcaldesa prefirió adornar su discurso con frases de manual y excusas, antes que mirar de frente la tragedia que consume a su pueblo.
Habló de “retos enormes” en materia de seguridad, de presupuestos limitados, de gestiones con autoridades estatales y federales. Pero entre todas sus palabras no hubo ni un “lo siento” dirigido a las familias que han perdido a sus hijas, madres, hermanas y esposas en los feminicidios que hoy marcan a Teocaltiche como un territorio de dolor. Esa ausencia no es un descuido: es indiferencia.
Lo más grave es que esa indiferencia viene de una mujer en el poder. De alguien que, por género y por responsabilidad, tendría que estar encabezando la lucha contra la violencia feminicida en su municipio. Y sin embargo, el rostro que mostró fue el de la evasión. Ni un compromiso firme, ni una autocrítica, ni la más elemental empatía hacia las víctimas.
La lista de mujeres asesinadas en Teocaltiche en apenas ocho meses estremece: Jennifer Paola, de 16 años; Angélica Judith, madre de tres hijos; Cecilia Ruvalcaba, enfermera y regidora; Fabiola Iliana; Zugely Arely, agente vial de 26 años… y así hasta una docena de nombres que deberían cimbrar la conciencia de cualquier autoridad. En cambio, lo único que cimbró en el informe de Villalobos fue el vacío.

Su discurso revela lo que queda de su administración: una gestión hueca, sin logros que anunciar, sin rumbo y con un saldo sangriento que la persigue. Teocaltiche no necesita palabras bonitas ni justificaciones burocráticas: necesita justicia, seguridad y una autoridad capaz de ponerse al frente.
Hoy, lo único que puede presumir la presidenta municipal es la sangre derramada de gente inocente. Y eso, aunque intente esconderlo detrás de un atril, quedará marcado como la herencia de su gobierno.