Se pretende limitar las donaciones deducibles de impuestos, que son en gran medida de donde organismos como Fucam obtienen recursos

Eduardo León | @EduardoLeonMx

 

Durante octubre empresas privadas, organismos e instituciones públicas, medios de comunicación y activistas dedican espacios especiales para conmemorar la lucha contra el cáncer de mama, el tipo de cáncer considerado como la principal causa de muerte entre mujeres de 25 años en México desde 2006.

Por cada 100 mil mujeres de 20 años o más fueron reportados 35.24 casos nuevos, según información del Instituto Nacional de Salud Pública y el índice de mortalidad, según el INEGI es de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 años o más, siendo Chihuahua una de las entidades donde se registran las mayores tasas, entre 22.36 a 26.71. (2019)

Es por estas cifras que resulta poco menos que increíble que diputadas y senadoras, con predominancia del partido en el poder, contribuyeran a la eliminación de 109 fideicomisos entre los que se encontraban aquellos para subsidiar la atención médica de mujeres con cáncer de mama.

Sin embargo, hay que reconocer que no fue una ocurrencia de los y las legisladoras federales, sino una instrucción que surgió de Palacio Nacional, que como muchas otras, ha cancelado programas sociales sin haber realizado ningún tipo de diagnóstico o evaluación previa y lo que es peor, sin ofrecer una alternativa para aquellas pacientes que carecen de los medios económicos para sufragar los gastos que este tipo de padecimientos ocasiona tanto al paciente como a su familia.

El 8 de octubre de 2020 el presidente aseguró que se hacía uso irregular de los recursos de los fideicomisos que ordenó extinguir, incluso empeñó su palabra al afirmar que diez días después presentaría el diagnóstico con el que supuestamente demostraría sus dichos, pero fiel a su costumbre, un año y 15 días después no ha ofrecido una sola evidencia al respecto y aunque organizaciones civiles como la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM) vieron en riesgo su operación por este motivo, tuvieron que cambiar su esquema para poder continuar con su labor y empezar a cobrar los tratamientos, las mujeres de bajos recursos ya no pueden acceder a ellos.

En el mes en el que se conmemora la lucha contra el cáncer, otro golpe se dio desde el legislativo en general para todas las asociaciones civiles, pues la miscelánea fiscal promovida también por el ejecutivo federal, pretende limitar las donaciones deducibles de impuestos, que son en gran medida de donde organismos como Fucam obtienen recursos para que mujeres de bajos recursos accedan a sus tratamientos y mastografías.

Por ello resulta un tanto hipócrita que legisladores y legisladoras utilicen el moño rosa en su indumentaria o en sus redes sociales hagan alusión al tema, resulta complicado creer que les importa o que representa algo para ellos y ellas en su agenda, cuando no han hecho absolutamente nada para evitar la extinción de los fideicomisos ni para ofrecer en sustitución algún esquema que permita de manera subsidiaria a las OSC’s brindar la atención médica que el gobierno está incapacitado para ofrecer a las y los mexicanos.

Esas mujeres que ya no podrán acceder a una atención médica oportuna contra el cáncer, esas mujeres cuyas familias eventualmente tendrán que desprenderse de su patrimonio (si es que lo tienen) para poder costear los gastos de las quimioterapias, radioterapias o mastografías ¿Se sentirán bien representadas por sus diputadas y diputados, senadoras y senadores que votaron por extinguir los fideicomisos?