El caso de Paco Stanley fue utilizado de manera política. Más que una investigación para esclarecer un hecho, fue para defender al entonces gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas

Claudia Bolaños | Twitter: @claudiabola

Este 7 de junio se cumplen 25 años del asesinato de Paco Stanley, frente al restaurante el Charco de las Ranas, ubicado en El Pedregal, Periférico Sur, Ciudad de México, antes Distrito Federal, y muchas cosas siguen igual, como el hecho de permanecer en la impunidad y la fabricación de culpables.

En los últimos días estuve viendo el documental denominado “El show, crónica de un asesinato”, debido a que quería ver a los colegas que participan en el mismo, narrando sus coberturas e investigaciones de ese hecho registrado en 1999, pero es muy revelador conocer que las cosas poco han cambiado en la política.

Destaca el tema de la campaña electoral del conductor y cómico finado, quien estuvo patrocinado por el narcotráfico, para ser candidato a una diputación local por el Partido Revolucionario Institucional. El documental lo revela con claridad, y a dos décadas y media, lamentablemente se conoce que detrás de algunos, quizás varios candidatos está la delincuencia organizada.

Ese punto, se quedará allí, porque el tiempo que ha pasado, porque el señalado está muerto, y porque a nadie le interesa indagar algo que ha ido creciendo como una realidad en las elecciones de México. Los muertos, los atentados y ataques son clara muestra.

El caso fue utilizado de manera política. Más que una investigación para esclarecer un hecho, fue para defender al entonces gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, quien acusaba, hasta la fecha, que se intentaba atacar a su gobierno, Y en vez de centrarse a la investigación, la entonces Procuraduría General de Justicia capitalina, se dedicó a defender a su jefe, buscando callar a la televisora que los traía “a pan y agua”.

Las críticas del presidenciable Cárdenas Solorzano eran un lastre para sus aspiraciones interminables de llegar a la Presidencia. Lo cual nunca logró.

En el marco de este problema creció la imagen de quien era el presidente del PRD, y quien desde allí llegó a la jefatura de Gobierno de la ahora Ciudad de México. Fue entonces que consiguió despresurizar el tema, sin pelearse, como lo hace ahora con medios de información.

Decidió echar tierra encima al caso, que quedó en la reserva, bien enterrado hasta el sótano de alguna bodega. Durante su campaña electoral al cargo, destaca que hablaba de la concientización que ya tenían los capitalinos de que las cosas no iban bien, aunque luego habría reprochado, una vez en la Presidencia su falta de apoyo de los capitalinos a su movimiento de la 4T, que este año volvió a recuperar de manera asombrosa.

Y Sepa La Bola pero ese partido que encumbró a estas dos fuertes figuras de la izquierda mexicana, Cuauhtémoc y López Obrador, en los años 90 y principios de ese nuevo milenio, perdió su registro justo este 6 de junio de 2024, al ya no tener ni el 3% de la votación.

El partido del Sol Azteca, por el logotipo que usaba, el cual nubló al propio PRI, llevándose a varios de sus integrantes, que se han esparcido por otros partidos, principalmente a Morena, se perdió entre sus múltiples tribus que no protegieron lo que Obrador sí aprendió a hacer, mantener la unificación de sus miembros.

“Los Bejaranos”, grupo con más poderío, extraviaron el rumbo al caer su líder Rene Bejarano, al ser captado recibiendo dinero del empresario argentino Carlos Ahumada, para financiar campañas. También estaban otros, como “Foro nuevo sol” o también conocidos como “Los amalios”, por su lideresa, la hoy emecista Amalia Batista, de donde se encumbró a Silvano Aureoles, quien fue gobernador de Michoacán, y en este proceso no logró ser el abanderado para la candidatura presidencial, de tanto que su figura se desdibujo.

Y con “Los chuchos”, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, todo se vino al traste. Éste último, pasará a la historia como el presidente nacional que lo terminó de llevar a la debacle, incluso tuvo tiempo para seguir denostando a Luis E Cházaro, quien salto del barco antes de hundirse, al no conseguir una candidatura, pese a ser el coordinador de la bancara amarilla en la Cámara de Diputados, al mandarle el mensaje que no era nada sin ese partido, el cual ahora… tampoco es nada.