La reforma de “supremacía constitucional”, como la llama el oficialismo, nos deja también en la indefensión a los mexicanos
Miguel Camacho @mcamachoocampo
No sé si sea defecto o cualidad, pero en muchas ocasiones me pasó de optimista. Sin embargo, con el giro que están tomando las cosas en el país, sencillamente mi optimismo se fue, me abandonó.
El oficialismo tuvo la genial idea de presentar en el Senado una iniciativa de reforma constitucional para que las modificaciones a la carta magna se vuelvan intocables, aunque el proceso de aprobación haya sido un cochinero. Contrario a todo el sentido común, la iniciativa fue apoyada por la presidenta Sheinbaum.
La ocurrencia, perdón, iniciativa, surge en el marco de la serie de recursos interpuestos contra la reforma constitucional al Poder Judicial Federal, que tiene como punto central la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular. Cuando se apruebe esta medida todos los procesos en contra de la mal llamada reforma judicial quedarán sobreseídos.
No soy jurista, pero creo que el sólo hecho de presentarla en los términos que se hizo, indica que la mal llamada reforma judicial tiene fisuras que en un proceso serio la pueden echar abajo. Una de estas fisuras es la posible violación de derechos laborales de los trabajadores judiciales, incluidos los ministros de la SCJN.
La reforma de “supremacía constitucional”, como la llama el oficialismo, nos deja también en la indefensión a los mexicanos, porque de la semana que entra en adelante bastará con que Morena o alguno de sus socios promueva poner en la Constitución alguna de sus ocurrencias, por ejemplo, que las Afores le entreguen al gobierno los ahorros para el retiro de miles de trabajadores mexicanos, para que se haga una realidad y no podamos hacer nada.
Lo propuesto por Morena también elevará las alarmas de desconfianza entre los hombres del dinero, nacionales y extranjeros, que podrían cancelar inversiones por falta de seguridad jurídica, decisión que pondrá a México al borde de una severa crisis económica.
El gobierno necesita de las inversiones que creen empleos y con ello poder recaudar más impuestos y con ello financiar el enorme gasto que la 4T creó. Apoyando ocurrencias como la iniciativa que “blinda” las reformas constitucionales está haciendo todo para ahuyentarlas.
Pero lo que más me preocupa de la iniciativa es que el oficialismo demostró la poca disposición al diálogo que tendrá en los próximos años… ¿Quién podrá ayudarnos?
EN EL TINTERO
Espero que se solucionen pronto los problemas que tienen en paro al Conservatorio Nacional de Música de México. La principal demanda de los paristas es la destitución de la directora, la pianista Silvia Navarrete, quien durante su gestión al frente de la institución ha realizado importantes acciones para su mejor funcionamiento.