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Para conseguir esos recursos el gobierno debe fomentar las inversiones que creen nuevos empleos y empresas productivas, para así aumentar la recaudación de impuestos y obtener los recursos que le harán falta

Miguel Camacho @mcamachoocampo

Una economía sostenida con alfileres; la soberbia del grupo gobernante, que se niega a dialogar con la oposición; problemas de inseguridad, y la desaparición de la división de poderes, son algunas de las nubes negras, que hasta la semana pasada se asomaban en el horizonte de México. A éstas tendremos que agregar una más que apareció el pasado martes: LA CONTUNDENTE VICTORIA DE DONALD TRUMP en las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Veamos de cerca estas nubes.

LAS NUBES ECONÓMICAS

Según reportes de la Secretaría de Hacienda, en los primeros nueve meses de este 2024, la deuda pública de México ascendía a 16.73 billones de pesos, monto que representa el 49.3% del Producto Interno Bruto (PIB). En el mismo periodo de 2023 el gobierno federal reportó un endeudamiento de 124.61 billones.

En su toma de posesión la presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió a bajar el déficit fiscal a 3.5% en relación con el PIB y a mantener en niveles manejables la deuda pública, algo que se ve complicado de conseguir.

Digo que se ve complicado de conseguir los objetivos planteados por la presidenta,  porque el gobierno federal necesitará cada vez más recursos para cumplir con los compromisos que se ha echado encima, como son los programas sociales,  el mantenimiento de las obras faraónicas como el Tren Maya, construir trenes o inyectar recursos a empresas que hacen agua, como la Comisión Federal de Electricidad, Mexicana de Aviación  y Petróleos Mexicanos.

Para conseguir esos recursos el gobierno debe fomentar las inversiones que creen nuevos empleos y empresas productivas, para así aumentar la recaudación de impuestos y obtener los recursos que le harán falta.

Pero para lograr atraer inversiones nuevas (y no solamente reinversiones) es necesario crear un clima de seguridad (jurídica, política y pública) algo que el gobierno de Sheinbaum está muy lejos de lograr.

LAS NUBES POLÍTICAS Y SOCIALES

Les comentaba estimados lectores que el gobierno de la doctora Sheinbaum está haciendo poco o más bien nada por fomentar un clima de seguridad que aumente la confiabilidad en el país.

En lo referente a la seguridad pública se continúa con la misma narrativa de minimizar los hechos y culpar al pasado, aunque en el pasado ya esté incluido el presidente López Obrador. Para muestra dos botones:

1.- La presidenta Sheinbaum en sus “mañaneras del pueblo” ha repetido que no volverá a repetir la guerra de Felipe Calderón

2.- Ignacio Mier, vicecoordinador de los diputados de Morena culpó a Francisco Labastida, quien dejó de ser gobernador de Sinaloa hace más de 30 años de la violencia en la entidad.

La 4T sigue negándose al diálogo. Con el argumento de que todas sus acciones son un mandato del pueblo, ha dinamitado la división de poderes. Los legisladores sólo levantan la mano sin reflexionar las consecuencias de sus acciones. Como ejemplos tenemos la aprobación en minutos de las reformas constitucionales por parte de los congresos estatales.

Si durante el mandato de López Obrador los políticos de la 4T ya padecían de soberbia, en la época de Sheinbaum este padecimiento se ha acentuado. Baste recordar lo dicho por Adán Augusto López en una reunión de comisiones en el Senado a Marko Cortés:

“El problema para ustedes, senador Cortés, es que yo veo cuando menos 50 años para que sea posible que ustedes tengan una mayoría calificada para revertir una reforma constitucional del talante de la que se ha aprobado en esta legislatura”.

LAS NUBES DE LAS RELACIONES EXTERIORES

Todo parece indicar que la doctora Sheinbaum seguirá la política de aislamiento internacional de su predecesor, un error fatal, más si se quiere hacer de México un país atractivo para el mundo.

Pero dentro de todo el concierto internacional va a ser de suma importancia la relación con Estados Unidos y más ahora con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente y el futuro embajador mexicano en el vecino país deben ser muy firmes porque los dichos del presidente electo de Estados Unidos no deben tomarse a la ligera.

Si bien hay nubes negras que acechan al país, dependerá del trabajo de la doctora Sheinbaum y su equipo que éstas no descarguen una lluvia de problemas sobre los mexicanos.