El domingo 17 de abril presenciamos un hecho que sin lugar a duda marcará la administración del presidente López Obrador. Los partidos de oposición en la Cámara de Diputados votaron en contra de la reforma constitucional en materia eléctrica, lo que llevó a que el proyecto fuera “desestimado”, dicho de otra manera, tirado a la basura.
Las reacciones a la no aprobación del proyecto no se hicieron esperar y siguieron el guion ya escrito. Los partidarios del presidente calificaron de traidores a la patria, vende patrias, corruptos, entre otras finesas, a quienes votaron en contra del proyecto. Por su parte, los líderes del bloque opositor festejaron por todo lo alto el fracaso del proyecto.
Pero estimado lector, pongamos el desorden. Si bien con la votación del domingo se le dio un golpe aturdidor al presidente, “el ganso” sigue teniendo todas sus plumas, en otras palabras, no va a cambiar, ya que para la aprobación de leyes ordinarias no necesita negociar la mayoría calificada, con su bloque parlamentario le basta.
En una entrevista con Radio Fórmula, Jesús Zambrano, presidente del Partido de la Revolución Democrática, dijo que con lo sucedido el domingo el mandatario aprendió que para sus reformas constitucionales deberá escuchar. Lamento decirle al señor Zambrano que el presidente no va a escuchar, y si no entendí mal, su iniciativa en materia electoral y la otra que transferiría a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional ya las da por perdidas.
¿Por qué afirmo lo anterior? El lunes, durante su conferencia de prensa matutina, uno de sus partidarios, disfrazado de reportero, le preguntó que si enviaría las dos iniciativas que tenía anunciadas, arriesgando a que la oposición formara un bloque y las rechazara. Al planteamiento el presidente respondió que lo más seguro es que eso sucediera, pero que de todos modos lo iba a hacer, porque era una cuestión de principios. Añadió que ya no enviaría otra iniciativa en materia eléctrica y encargó a su sucesor que recurara los bienes de la nación, dicho de otra manera, se quiere victimizar, algo que se le da muy bien.
Pero si bien con lo sucedido el domingo el presidente no va a cambiar, la que si puede cambiar es la oposición. Ya que se dio cuenta que junta puede hacer cosas, proponer a la ciudadanía planes para sacar adelante al país con el apoyo de todos.
Aunque déjeme decirle que algo bueno le dejó al presidente la votación del domingo, será el primer mandatario al que le rechazan una enmienda constitucional en el México post revolucionario.
P.D. Ricardo Monreal sigue alejándose del presidente López Obrador y de Morena. A pregunta expresa se negó a calificar de traidores a los diputados que votaron en contra de la reforma eléctrica, ¿cómo cree que lo tomen en Palacio Nacional?
