Esta lucha por conseguir que la gente vea nuestros contenidos ha ocasionado que en muchas ocasiones nos olvidemos de la disciplina periodística.
Miguel Camacho @mcamachoocampo
Si tuviera que destacar un rasgo distintivo un rasgo distintivo de la labor del papa Francisco al frente de la Iglesia Católica es su capacidad de comunicar, capacidad que hacía que los feligreses lo sintieran cercano, no un hombre vestido de blanco que vivía en el Vaticano, un lugar que está dentro de la ciudad de Roma.
Una muestra de su capacidad de comunicar son las entrevistas que dio en ocasiones especiales, por ejemplo, su décimo aniversario en el “Trono de San Pedro”, en las que no evadió ningún tema, por espinoso que fuera.
En una de esas conversaciones, el máximo jerarca católico habló de lo difícil que es ejercer el periodismo:
“No es fácil ser periodista, no es fácil dar la noticia. No es fácil dar la noticia manteniendo esa tensión (equilibrio) entre la realidad, la objetividad y la curiosidad. Siempre tiene que haber un anzuelo tirar (mantener) la tensión”, afirmó.
Acto seguido el Papa definió las cuatro “pecados” que los periodistas debemos evitar:
“La desinformación, el periodista lo informa todo; la calumnia y la difamación, un periodista no puede difamar, no debe calumniar, siempre se debe conducir con la verdad, y la coprofilia, el periodista no puede vivir de los escándalos, debe ver más allá”, dijo.
Traigo lo anterior a colación, porque si hacemos un ejercicio de autocrítica, la llegada del mundo digital a nuestra profesión, sin negar sus beneficios, nos ha metido en una encarnizada guerra por conseguir clics y seguidores. Esta lucha por conseguir que la gente vea nuestros contenidos ha ocasionado que en muchas ocasiones nos olvidemos de la disciplina periodística, lo que ha traído como consecuencia que cometamos alguno o algunos de los pecados que mencionó el pontífice en esa entrevista.
Ayer, hoy y mañana, un contenido de calidad, que cumpla con todos los cánones del periodismo, nos llevará a destacar entre todo el mar de información, porque como decía José Alfredo Jiménez en su canción “El rey”: No hay que llegar primero, hay que saber llegar.
EN EL TINTERO
Todo está listo para que a partir de mañana los cardenales electores se encierren en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del papa Francisco.
Mañana el mundo verá salir la primera fumata de la Capilla Sixtina, la que se espera que sea negra, ya que según analistas se trata de una votación exploratoria para medir los apoyos y de ahí agrupar los apoyos definitivos que desemboquen en la elección del nuevo Papa.
Nuevamente será un francés, el cardenal Dominique Mamberti, quien se encargue de anunciar al mundo la elección de un nuevo pontífice.