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Los Yunes no son los únicos culpables de la demolición que veremos en los próximos meses del Poder Judicial Federal, los otros responsables son Marko Cortés y los dirigentes panistas que pusieron a los Yunes en las listas para senadores plurinominales como titular y suplente

Miguel Camacho  @mcamachoocampo

“Consummatum est”, la venganza del presidente López Obrador contra el Poder Judicial Federal, en especial contra la Suprema Corte de Justicia, está consumada. El Senado de la República aprobó la madrugada de este miércoles las modificaciones legales que abren la puerta para que México se convierta en el primer país que elija a sus jueces federales por voto popular,

Por algunos días surgió la esperanza de que la reforma no fuera aprobada ya que al oficialismo le faltaba un voto para alcanzar el número mágico de 86. Todo indicaba que el bloque opositor era sólido y que no obtendría ese voto

Sin embargo, las alarmas saltaron cuando corrió la información que el panista Miguel Álgel Yunes, quien se había comprometido a votar en contra, desapareció, dejó de contestar el teléfono, igual que su padre, quien es su suplente. El martes, al inicio de la sesión llegó la solicitud de licencia por motivos de salud. Ya no había duda, Yunes era el traidor.

Lo que sucedió después, la denuncia constante de la detención  del senador de Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda  y su papá; el enfrentamiento de Yunes padre con Marko Cortés, y la milagrosa curación de Yunes hijo ya fue narrado de excelente manera por otros colegas, por eso  quisiera comentar con usted sobre los otros culpables.

Los Yunes no son los únicos culpables de la demolición que veremos en los próximos meses del Poder Judicial Federal, los otros responsables son Marko Cortés y los dirigentes panistas que pusieron a los Yunes en las listas para senadores plurinominales como titular y suplente.

De nada sirvió ni sirve ahora que Cortés se rompa las vestiduras acusándolos de traidores, ya que él conocía el tamaño de la cola de ambos políticos y conocía los riesgos de que por esa cola los agarraran, como sucedió.

Si los estatutos del PAN dicen que los tienen que expulsar, que los saquen del partido, pero la dirigencia, empezando por Marko Cortés, debe asumir su responsabilidad en lo sucedido.

Pero lo acontecido en el Senado también es una muestra que al menos durante los primeros tres años de la “era Sheinbaum” no habrá diálogo, sencillamente pasarán la aplanadora que consiguieron con presiones y chantajes. Bienvenido México a la dictadura de las mayorías.