López Obrador ha convertido el uso de cortinas de humo en un recurso narrativo en el que siempre quedan como héroes o víctimas

Miguel Camacho | @mcamachoocampo

El uso de «cortinas de humo» por parte de los gobiernos no es algo nuevo. El introducir un hecho o acción para distraer a la ciudadanía durante una situación complicada, viene a dar tiempo a las administraciones en turno para pensar la solución o bien enterrar el problema de manera definitiva. Entonces, ¿qué tienen de especial las usadas por la presente administración?

La 4T, encabezada por López Obrador, ha convertido el uso de cortinas de humo en un recurso narrativo en el que siempre quedan como héroes o víctimas, dependiendo de la situación. En el caso del presidente ha llegado a utilizar a miembros de su familia para victimizarse.

El más reciente ejemplo de lo anterior se dio la semana pasada cuando en la conferencia mañanera se anunció que la Unidad de Inteligencia Financiera, encabezada por Pablo Gómez, había presentado una denuncia contra el expresidente Peña Nieto por el probable delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Algunos analistas comentaron que la «denuncia» es una forma de presionar al PRI para «soltar el Estado de México». Sin embargo, yo creo que lo buscado por la 4T era desactivar la tensión entorno del viaje del presidente López Obrador a Estados Unidos.

Decía anteriormente que, en este afán distractor, para esconder la falta de resultados se ha utilizado a la familia como protagonista de estas cortinas o distractores, NO ESTOY DICIENDO, DE NINGUNA MANERA, QUE LO HAGAN A PROPÓSITO, pero sí han amplificado hechos que sin difusión ni siquiera hubieran trascendido.

Un ejemplo de lo dicho en el párrafo anterior es la situación que se dio el mes de junio pasado, cuando en plena ola de críticas por el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas, surgió la fotografía del hijo menor del presidente con exceso de peso.

Repito, no estoy afirmando que el equipo de la 4T difundió la fotografía, no los creo tan, tan, tan crueles, pero sí fueron lo suficientemente astutos para capitalizar el penoso incidente y victimizar al joven por tercera vez: por su sobrepeso, por la difusión de la foto con las críticas que le siguieron, y por la amplificación de la difusión de la imagen. ¿Había alguna necesidad de usar al joven, una víctima por su situación física, para victimizar a su papá?

Una situación similar sucedió en cuando en una conferencia mañanera el presidente leyó un tuit en el que se le llamaba «zopilota» a su esposa, ¿había alguna necesidad de hacerlo? Tal vez sí, dejar de hablar de los muertos por la pandemia y el pésimo manejo.

Las cortinas de humo seguirán, porque es parte del modus operandi de los gobiernos, pero «con la familia no».

P.D. A finales de abril de 2021 recibí una llamada de Raúl García, luego de ponernos al día me preguntó si en INCÓGNITA COMUNICACIONES realizábamos sitios web, ya que tenía la intención de crear un portal de noticias. Días después de nuestra conversación se puso en marcha la construcción de DOMINIO PÚBLICO. A un año de distancia quiero felicitar a Raúl y a todo el equipo de DOMINIO PÚBLICO por su extraordinario esfuerzo y no dejarse caer, además de agradecerles la oportunidad de PONER EL DESORDEN cada semana. ¡Que sigan los éxitos!