Del Mazo debe hacer acopio de sabiduría para formar una alianza electoral para resistir los embates de Morena y sus aliados

Miguel Camacho | @mcamachoocampo

El pasado 12 de septiembre empezó oficialmente el último año de Alfredo del Mazo al frente del Estado de México. El 15 de septiembre de 2023 entregará las riendas de la entidad. Las preguntas que rondan entre los políticos mexiquenses son: ¿Entregará Del Mazo la última joya del maltrecho PRI? ¿Cómo defenderá el bastión? ¿Será Del Mazo el último príncipe de la dinastía Atlacomulco?

Si la intención del mandatario estatal es dar la pelea para que su grupo político conserve las riendas de la entidad, por estos días debe estar haciendo acopio de sabiduría, paciencia y fuerza para tomar las decisiones que inclinen la balanza a su favor en los comicios de junio del año entrante (dicho de otra manera, que gane el candidato o candidata propuesto por él a su partido o alianza), lo que podría catapultarlo a ser considerado como precandidato presidencial o bien para hacerse cargo de los restos de su maltrecho partido e intentar que no muera. Vayamos por partes.

Del Mazo debe hacer acopio de sabiduría para formar una alianza electoral. El primer paso para lograrlo es convencer a las fuerzas políticas de la entidad de que los asuntos del Estado de México se queden en el Estado de México. Con ello eliminaría la pesada losa en la que se convirtió Alejandro Moreno por su “alianza” con el presidente para sacar adelante la reforma para ampliar la presencia del Ejército en las calles realizando labores de seguridad.

Necesita sabiduría para encauzar la selección de la abanderada de su instituto político y que en el camino su grupo político no se fracture más.

Ocupa de mucha paciencia para explicar a las fuerzas políticas de la entidad el motivo por el que suspirantes como el panista Enrique Vargas del Villar deben dar un paso de costado para dejar el lugar a Alejandra del Moral o Ana Lilia Herrera.

Si decide defender la plaza junto con las huestes del PRI y una muy probable alianza, debe tener fuerza para resistir los embates que él y su grupo político recibirá por parte del oficialismo (MORENA y aliados) y de sectores de su partido que no queden muy conformes si es que hace a un lado a la dirigencia nacional.

Pero en este tiempo que le queda al frente del Estado de México debe hacer acopio de fuerza para dejar al menos tibias las zonas calientes de su entidad, donde grupos delictivos como la Familia Michoacana “cogobiernan”. Hacerlo será un gran impulso a la candidatura de una posible y deseable alianza opositora.

Vencer a Morena, al menos en el Estado de México, no es tarea imposible, ya que las más recientes encuestas de intención de voto indican que Delfina Gómez únicamente cuenta con un tercio de la intención de los sufragios.

Si las cosas le salen bien a Del Mazo, como lo dije al principio de esta colaboración, podría ponerse en el radar como posible suspirante a la candidatura presidencial, ya que habría vencido al todopoderoso López Obrador y a Delfina Gómez por segunda ocasión.

Sin embargo, existe otra opción, que el gobernador rinda la plaza sin luchar y la entregue sin luchar. En este caso Del Mazo será el último príncipe de la larga dinastía de Atlacomulco y ascenderá al poder una nueva dinastía, la de los señores de Texcoco.

PD. En esta ocasión le quiero dejar una pregunta a usted, amable lector: ¿Qué le pareció que el canciller Ebrard se tomara selfies durante el funeral de la reina Isabel II?