A través de una publicación en Facebook señalan que abusando de su poder, actúan con prepotencia y perjudican tanto a la ciudadanía como al propio personal bajo su cargo; destacan el caso de Teocaltiche
Una publicación atribuida a integrantes de la policía estatal de Jalisco puso al descubierto abusos de autoridad de algunos de los mandos, quienes dicen, actúan con prepotencia y perjudican tanto a la ciudadanía como al personal a su cargo por mantener complicidades con el crimen organizado.
Al primero que señalan es al Secretario Juan Pablo Hernández, quien dicen, «cuenta con antecedentes por presuntos nexos con el crimen organizado desde sus anteriores puestos en seguridad en los municipios de Zapopan y Guadalajara «.
Señalan que, entre las acciones que ha emprendido y que debilitan a la policía está la eliminación de la Policía Regional de Jalisco, dejando al mando a personal de nuevo ingreso, sin experiencia, sin conocimiento de brechas y sin preparación para reaccionar ante agresiones en las partidas foráneas.

«Además, por órdenes del Regional 2, David Espinoza Ayala, quien actualmente también funge como Regional 1 encargado de la Policía Regional, se nos prohíbe salir a patrullar. Debemos permanecer únicamente en las bases donde se pernocta, saliendo solo cuando ellos lo ordenan, principalmente para verificar que no haya presencia de otros niveles de gobierno que afecten sus intereses o compromisos con los encargados de plaza», indica el texto.
«El Regional 3, Aarón Barajas Ayala, mejor conocido como “El Choco” en el ámbito criminal, es señalado como mano derecha del Secretario Juan Pablo. Según diversas testimoniales del personal, él mantiene comunicación directa con jefes regionales del crimen organizado, ordena remover a elementos que no cumplen instrucciones ilegales y coloca al frente a familiares cercanos que actúan con prepotencia».
«Se le acusa también de manejar cobros periódicos (“la maleta”), recibiendo dinero del crimen organizado tanto en zona metropolitana como en todo el estado, y de repartirlo entre sus subordinados municipales para asegurar su control.»
El Director de Teocaltiche, Hermes Daniel Rodríguez Ortiz, también subordinado a Aarón, mantiene a los elementos encerrados, prohibiéndoles patrullar, facilitando así el control del crimen organizado en la zona. Se sabe que cuenta con una orden de aprehensión vigente, sin que haya sido ejecutada, por razones que desconocemos.

El Regional 5, Gómez, inició su carrera entre actos de corrupción, apoyando directamente al crimen organizado, sembrando evidencia y perjudicando a ciudadanos para facilitar su operación en Teocaltiche.
Óscar Manuel Montaño, quien comenzó como Regional 1 y actualmente encabeza la Policía de Caminos, también obedece a Aarón. Ha retirado a personal de mayor antigüedad para quedarse únicamente con nuevo ingreso, manejarlos a su conveniencia y permitir libertad de movimiento en carreteras al crimen organizado, utilizando las unidades solo para monitorear a otros niveles de gobierno.
La encargada de Policía Turística y Policía Escolar, Aleida Beleche (ECO 1), no cuenta con el nivel de idiomas requerido, pese a tener personal más capacitado. Trato prepotente, horarios excesivos y falta de apoyo para el traslado del personal son parte de las principales quejas. Ordena desde su domicilio, hostiga laboralmente y exige detenciones, pero cuando el personal logra resultados, ordena liberar a las personas; declara que solo le interesan “chapulines” (personas no alineadas). Además, exige aportaciones de 400 pesos para juguetes navideños, aun cuando recibe donaciones oficiales. Su personal denuncia que si no cumplen, son cambiados de área sin motivo.
El encargado de convoy “Dragón 1” Vázquez, conocido como “El Peinado”, también realiza cambios injustificados y protege a su compadre Vega, encargado de Motos, quien presuntamente siembra evidencia para detenciones. También protegió a Santiago, quien fue levantado y golpeado por la misma plaza debido a actos indebidos.
«Presidenta, también denunciamos que el aguinaldo nos es entregado en dos partes —mitad en diciembre y mitad en marzo— cuando por ley debe entregarse en una exhibición. Desde que tomaron posesión nos han perjudicado con aumentos engañosos. Este año el incremento real fue de solo 200 pesos, pese a declarar públicamente cifras mayores que jamás vimos reflejadas. La tarjeta de vales de mil pesos mensuales es una burla comparada con corporaciones municipales que otorgan entre 3,000 y 3,500. Firmamos listas de dotación de uniformes completos cinco veces en el año y no hemos recibido nada».






