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Alejandro Armenta Mier tildó de “perras bravas”, que hasta “a los de casa muerden”, a ese bloque que encabeza su primo 

Álvaro Ramírez Velasco  | @Alvaro_Rmz_V

El senador poblano Alejandro Armenta Mier se lanzó el sábado pasado, en la plenaria de su grupo parlamentario y ante el presidente de su partido, a denunciar a los “traidores” que militan en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y que cobran en sus nóminas; entregó una carpeta con pruebas documentales de sus dichos.
Aunque Alejandro dejó -posiblemente por torpeza- muchos cabos sueltos a la interpretación, luego de la ácida alocución que soltó en el patio del antiguo recinto de Xicohténcatl, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el documento resuelve todas las dudas.
Armenta entregó un largo expediente que señala, principalmente a su primo Moisés Ignacio Mier Velazco, coordinador de los diputados federales morenistas, y a los dirigentes partidistas estatales como conspiradores contra Morena misma y algunos de sus ex candidatos en Puebla.
Aunque Claudia Rivera Vivanco, la candidata que fracasó de manera contundente en su intención de conseguir la elección consecutiva en la alcaldía de la capital de Puebla, ya no es en realidad un personaje o agente político de relevancia, fue tomada por Alejandro para endilgarle a Moisés el adjetivo de “desleal”.
“En Puebla, debimos haber ganado la presidencia municipal (pero) y por desleales en Morena, que militan en Morena, que trabajan en Morena, se perdió la presidencia municipal… El partido debe tener memoria… Le entrego esta carpeta, presidente (se dirigió en la sesión plenaria de la bancada a Mario Martín Delgado Carrillo), es importante que hagamos un análisis objetivo, sin endosos, sin deslindes, sin prejuicios, debemos revisar los resultados”, explicó Armenta.
¿Qué tiene esa carpeta que Armenta le entregó a Delgado, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena?
Es un compendio de las actividades de Moisés Ignacio, en relación con su actividad empresarial-editorial, pues es copropietario del Diario Cambio, además de otros señalamientos contra su primo materno y descripción también de fallas que tuvieron, que pueden considerarse como “deslealtades” bien calculadas, del ex delegado del CEN de Morena en Puebla, Carlos Alberto Evangelista Aniceto, y del secretario general en funciones de presidente, Édgar Garmendia de los Santos.
En ningún apartado del documento se hace alusión a nadie más, nos asegura una fuente que participó en la elaboración de la carpeta.
Tampoco se trata de una defensa, inoportuna e infructuosa de Claudia Rivera Vivanco.
Es el primer documento que aparece en la guerra de los primos Mier, quienes encontraron su punto de rompimiento en el contexto del jaloneo por aprobar, hace unas semanas, un periodo extraordinario de sesiones para desaforar a Benjamín Saúl Huerta Corona, lo que finalmente ocurrió, pero luego de varias postergaciones sospechosas.
Entonces, Moisés Ignacio encargó a uno de sus diputados de confianza -así lo interpretó su primo- el denuesto desde tribuna contra Armenta y luego el senador respondió.
Se trata del episodio aquel en donde Alejandro tildó de “perras bravas”, que hasta “a los de casa muerden”, a ese bloque que encabeza su primo y a quien responsabilizó de proteger a Huerta Corona.
Ahí estalló la de por sí añeja rivalidad de los primos.
Días, después de ese episodio, Armenta, desde tribuna, denunció que ha sido víctima de persecución desde el poder.
Nuevamente dejó muchos adjetivos a la interpretación de para quién habían sido lanzados.
Aclararía luego a un colega, en conversación privada, que se refirió a su primo y a su empresa editorial.
Es así la guerra de los Mier.
Entre familiares es más ácido el encono, suelen decir los abogados. Y tienen razón.