El comunicador empresaria vende a los medios poblanos la narrativa de victimización de sus patrones

Álvaro Ramírez Velasco | @Alvaro_Rmz_V

Su destitución en 2015, como director del Canal Judicial, por acusaciones de acoso laboral y sexual, y el presunto encubrimiento de integrantes de su equipo, quienes fueron acusados incluso de consumir cocaína y bebidas alcohólicas en las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), fueron episodios que empañaron la carrera del ex reportero de Televisa, Enrique Rodríguez Martínez, hoy convertido en el vocero de los ex patronos de la Fundación Mary Street Jenkins.
La misma organización, por cierto, cuyos integrantes están señalados por ilícitos como lavado de dinero, evasión fiscal y otros.
El hoy comunicador empresarial, quien intenta con la elocuencia que le dieron sus años al micrófono, vende a los medios poblanos la narrativa de victimización de sus patrones, fue, sin embargo, un sobresaliente reportero en Televisa.
Ahí dejó muchos amigos, entre ellos algunos que en los últimos días han abierto espacios para que el ex rector de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), Luis Ernesto Derbez Bautista, ofrezca entrevistas.
Sin embargo, cuando por ahí de 2007, Enrique Rodríguez Martínez concluyó su trabajo en los medios, luego de un paso brillante, al final de su carrera como periodista, por los espacios que condujo en Televisa Víctor Trujillo, “Brozo”, se dejó seducir por los brazos y los altos honorarios de la burocracia dorada.
Enrique se convirtió, el 16 de agosto de 2007, en el director del Canal Judicial, en sustitución de Sergio Uzueta, el ex conductor de Canal 11, quien fue designado director de Notimex.
Fueron tiempos de jauja para Enrique y sus amigos, muchos colaboradores suyos en el Canal Judicial.
Luego, en declaraciones formales de un proceso de investigación interno en la SCJN, se sabría que fue un director “prepotente”, “abusivo” y “acosador”, lo mismo en lo sexual que en lo laboral.
Aunque fue destituido en 2015, luego se le exoneró de culpas, causando gran indignación en el gremio periodístico y de la SCJN, como quedó asentado en textos de plumas prestigiadas como las del maestro Humberto Musacchio y del periodista Jesús Aranda.
“Indignación por fallo de la SCJN que exonera a ex director del Canal Judicial”, es la cabeza de una nota de La Jornada, del miércoles 21 de febrero de 2018, que bajo la firma del reportero Gustavo Castillo García dice:
“Indignación e incredulidad dejó entre los más de 20 trabajadores y ex trabajadores que denunciaron haber sido víctimas de acoso sexual y laboral la resolución del pleno de la SCJN, que exoneró por nueve votos contra dos a Enrique Rodríguez Martínez, ex director del Canal Judicial.
“El lunes, en sesión privada y sin tomar en cuenta la responsabilidad de haber realizado o tolerado actos de acoso sexual y laboral, la SCJN avaló la propuesta presentada por el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
“Empleados y ex empleados entrevistados tras darse a conocer la resolución señalaron que ‘esto abre la puerta para que en el máximo tribunal del país se cometan actos que violentan la dignidad de las mujeres y los victimarios no sean sancionados’”.
Hasta aquí la primera cita.
El paso de Rodríguez por la SCJN fue de escándalo, pues también se le señaló por proteger a colaboradores suyos que fueron acusados de consumir cocaína en las mismísimas instalaciones del Poder Judicial.
El jueves 7 de diciembre de 2017, “La Jornada” reportó que tras dos años de su destitución: “La SCJN concluyó una parte de la investigación que involucra a ex servidores públicos del Canal Judicial en diversas irregularidades, además determinó que Alberto Villa Dávalos consumía cocaína y bebidas embriagantes en su oficina y cometió otra serie de acciones que afectan la imagen del máximo tribunal del país, por lo que fue inhabilitado un año.
“Villa era uno de los funcionarios más cercanos a Enrique Rodríguez, ex director del Canal Judicial, y quien ahora se desempeña como uno de los hombres cercanos al vocero del precandidato del PRI a la Presidencia de la República, José Antonio Meade”.
Hasta aquí la segunda cita.
Por alguna razón inconcebible y con rasgos aviesos, el actual ministro presidente del Poder Judicial, Zaldívar Lelo de Larrea, es su principal protector, a pesar de la gravedad de las reiteradas acusaciones en su contra.
En el tiempo en que Rodríguez Martínez no estuvo en la SCJN, efectivamente, trabajó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el equipo de campaña del ex candidato José Antonio Meade, con quien brevemente había trabajado cuando fue titular de Hacienda y Crédito Público.
A Enrique Rodríguez la purificación tan “indigna” que logró, de acuerdo con sus propias víctimas, abrió la puerta para, si ve la oportunidad, eventualmente regresar a la SCJN, en donde hoy su esposa, Mónica Montes Trejo, trabaja con el “número progresivo 3266” con “Rango A”, como “profesional operativo” en el área de Comunicación Social, con un sueldo mensual de 46 mil 668.66 pesos, aunque aseguran varias voces que es de esos casos en los que «no se presenta».
Así las cosas, en la trinchera de los patronos señalados por varios delitos, tantos como el ex rector Derbez.