Si prevalece —como hasta ahora— la impunidad, no será posible avanzar hacia la reconciliación y la paz”, dijo la congregación

A un mes del asesinato de los sacerdotes Jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar y del guía de turistas Pedro Palma Gutiérrez, la Compañía de Jesús en México exigió justicia.

“A un mes del doloroso asesinato de nuestros hermanos Javier Campos y Joaquín Mora, y de dos laicos en Cerocahui, Chihuahua, la Compañía de Jesús en México sigue exigiendo justicia. Estamos convencidos de que si prevalece —como hasta ahora— la impunidad, no será posible avanzar hacia la reconciliación y la paz”, dijo la congregación religiosa católica, en un comunicado.

La comunidad jesuita mencionó que tras la muerte de los dos sacerdotes, han manifestado a las autoridades de diferentes niveles del gobierno, que se deben garantizar los derechos de los indígenas rarámuri, por lo que la presencia de las fuerzas federales en la sierra Tarahumara debe ser prioritaria.

“Se deben revertir las causas estructurales de la violencia en la sierra, que prevalecen desde hace décadas. Dada la ausencia de Estado en la región, es indispensable que continúen presentes de forma provisional las fuerzas federales, con los protocolos adecuados para interactuar con culturas indígenas y asegurando el respeto irrestricto de los derechos humanos, hasta que se reconstruyan las condiciones de paz en las comunidades de la Tarahumara”, añadió la congregación religiosa.

La Compañía de Jesús recordó que el asesinato de Campos Morales y Mora Salazar “remite a la vivencia de tantas víctimas de la violencia que siguen esperando justicia y verdad en nuestro México adolorido. Recordamos a las familias de las personas desaparecidas, víctimas de feminicidio, a los migrantes que no volvieron a casa y a los periodistas que perdieron la vida ejerciendo su labor”.

Asimismo, los jesuitas dijeron que alzan la voz por todas las personas en México que “esperan una justicia que no llega” y reiteraron su llamado a las autoridades para abrir espacios de diálogo y revisar la actual estrategia de seguridad, que, según dijeron no ha dado los resultados esperados.

La Compañía de Jesús agradeció la solidaridad, tanto nacional como internacional, que se les ha hecho llegar desde el asesinato de los sacerdotes a manos del crimen organizado. “La memoria de nuestros queridos Joaquín y Javier, de las demás víctimas de Cerocahui, y de tantos dolientes que en México no reciben la misma atención, nos llaman a no consentir la impunidad y a trabajar por la reconstrucción del tejido social”, concluyó la comunidad jesuita.