Pongamos el desorden: Beethoven, un genio que lloró por amor

Pongamos el desorden: Beethoven, un genio que lloró por amor

La única obra escrita por Beethoven, refleja la soledad que sentía el compositor por no tener pareja

Miguel Camacho @mcamachoocampo

Uno de los personajes de este año que está por concluir fue Ludwig van Beethoven, ya que con motivo de los 200 años de estreno de su novena sinfonía, considerada patrimonio de la humanidad, se organizaron un sinfín de conciertos, mesas redondas, actos académicos para intentar comprender parte de su “genialidad”, que le ha permitido traspasar las barreras del tiempo y las salas de conciertos y llegar al cine e incluso a los videojuegos.

Si bien en su momento Beethoven alcanzó el éxito en el plano profesional, no se puede decir que haya corrido con la misma suerte en el sentimental, el motivo, los convencionalismos sociales de ese tiempo.

Beethoven se movía en las “altas esferas sociales” de la época, los miembros de estos grupos admiraban al profesor de música, al compositor, pero consideraban inferior al hombre, de ahí los rechazos cada vez que el músico tenía acercamientos románticos con las mujeres de su entorno.

Mucho se ha especulado a lo largo de los años sobre qué mujeres ocuparon el “corazón” del músico, entre los nombres que se han mencionado están Josephine Brunsvik, Julieta o Giulietta Giucciardi, Magdalena Willman, Anna Louise Babette y Bettina Brentano, todas pertenecientes a la nobleza de la época.

A su muerte se encontró entre sus documentos una carta de amor a su “amada inmortal”, algunos analistas aseguran que la destinataria de la misiva era Josephine Brunsvik; sin embargo, no se ha llegado a una conclusión definitiva.

Para el doctor Edgar Alejandro Calderón Alcántar, profesor del Conservatorio Nacional de Música, la obra de Beethoven se vio influenciada por su mala suerte en el amor:

“Eso se va palpando en varias de sus obras. Yo podría decir, casi cualquiera de sus obras conocidas estarían de cierta manera reflejadas en ello. Me viene a la mente ahorita la “Sonata Patética”, que justamente tiene como esos contrastes muy marcados, ya sea a corta escala, es decir, en un primer movimiento donde entra todo grave, sentimental, y luego dentro de ese movimiento una carga emotiva totalmente diferente, como que más de impulsividad. El segundo movimiento es más esperanzador, más romántico.”

Para el doctor Calderón Alcántar, Fidelio, la única obra escrita por Beethoven, refleja la soledad que sentía el compositor por no tener pareja:

“En su única ópera, Fidelio, creo que también refleja bastante bien ese sentido de soledad, creo yo, cuando Florestan está en el calabozo. Parece que se refleja justamente esa soledad, digamos, en el sentido literal de que estaba solo, sin pareja, y por otro lado, de la soledad que le representa empezar a quedarse sordo, y empezar a quedarse como en un calabozo, hablando metafóricamente.”

El investigador musical destaca que en la obra Beethoven plasma su deseo de ser rescatado por una mujer, “como es el caso de Fidelio, que en realidad es la esposa de Florestán (el otro protagonista de la obra), que se disfraza de hombre para poder fingir ser un guardia de la prisión en la que se encuentra su pareja y rescatarlo.

La vida sentimental de Beethoven es uno de los muchos misterios alrededor del músico que contribuyeron a crear su leyenda.