Una vez que López Obrador deje la Presidencia, la evaluación ciudadana les cobrará factura a los gobernadores de Morena, pues ya no estará su líder a quien le cargaban sus incapacidades y mediocridades

Raúl García Araujo | @araujogar

Los 21 gobernadores de Morena tienen un plazo de nueve meses para poner en marcha sus agendas y proyectos propios que les permitan mantenerse en el cargo, puesto que ya no contarán con la imagen y fuerza política de Andrés Manuel López Obrador.

Por primera vez, después de cinco años de que su máximo líder llegara a la Presidencia de la República, se verá de qué están hechos los mandatarios morenistas, ya que la mayoría de éstos ganaron una gubernatura, no precisamente por su dotes de talento u oficio político, sino que se colgaron de la imagen, proyecto y programas sociales del inquilino de Palacio Nacional.

Una de ellas, y quizá la peor en este momento, es la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, quien logró el triunfo en junio de 2023, no por ella misma, ya que antes y durante su campaña, nunca conectó con los mexiquenses, fue precisamente la fuerza de López Obrador, la que la mantuvo siempre al frente en las mediciones de que Morena iba a ganar tan importante entidad.

Lo cierto es que a poco más de cien días de estar al frente del gobierno mexiquense, lo que se ha puesto de manifiesto es la falta de talento, oficio, carrera y deficiencias, cuando se trata de atender contingencias de alto impacto, como es el caso de Texcatitlán.

A unos días de cumplirse un mes de estos lamentables hechos, la gobernadora no ha atendido con prontitud el problema, sino que lo ha aumentado, ya que ni ella, ni ningún funcionario de su administración tienen idea sobre el paradero de 14 personas (entre ellas mujeres y niños), que sicarios de la Familia Michoacana se llevaron para sembrar el terror entre la población. Esa es la carta de presentación de Delfina Gómez Álvarez ante los casi 17 millones de mexiquenses que gobierna.

Lo mismo ocurre con la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, que no supo que hacer ante la crisis provocada por el huracán Otis y que le digo de la seguridad pública, donde el crimen organizado impone sus “leyes” en municipios enteros.

Y qué hablar de mandatarios como el de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, que quizá termine su gobierno como el peor gobernador emanado de Morena, que sólo llegó al cargo para convertir a la entidad en un verdadero oasis para el crimen.

Del ex futbolista lo único que conocemos los mexicanos son sus constantes escándalos mediáticos, que van, desde aparecer en una fotografía con líderes del narcotráfico, hasta de acusaciones de desviar millones de pesos, del presupuesto público, para beneficiarse él y su círculo más cercano, lo que incluye a su propia familia.

También en la lista de estos gobernadores, que sólo llegaron al cargo gracias a la imagen de López Obrador, se encuentra, el de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, que tiene sumido en la violencia al estado y como prueba de su incompetencia está la muerte del líder de los autodefensas, Hipólito Mora Chávez, quien fue acribillado por un grupo de sicarios en junio pasado.

A pesar de que la violencia va en aumento en la entidad, el mandatario Ramírez Bedolla dejó en manos del Presidente de la República, toda su responsabilidad, ya que es el Jefe del Ejecutivo Federal, quien debe dar cuentas de cómo grupos criminales como La Familia Michoacana o Los Viagras, así como el Cártel Jalisco Nueva Generación, utilizan drones con explosivos no precisamente para atacar a sus rivales, sino para atentar contra la población.

En la lista de los gobernadores mediocres, en los que resalta no sólo su ignorancia, sino también su incapacidad de gobernar se encuentra el de Tamaulipas, Américo Villareal Anaya, de quien sólo se habla que anda con un nutrido equipo de seguridad para evitar un atentado de sicarios del Cártel del Golfo o de lo que queda de Los Zetas, pero que deja a salto de mata a los tamaulipecos.

También aparece el de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, quien como todos sabemos nada aprendió a su paso en la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y ahora tiene a la población sumida en balaceras y masacres.

Les queda poco tiempo a estos mandatarios para poner en marcha estrategias contundentes en materia de gobierno y de seguridad pública, ya que una vez que Andrés Manuel López Obrador deje la Presidencia de la República, entonces sí, la evaluación ciudadana les cobrará factura y habrá respuesta contundente a cada una de sus decisiones deficientes, pues ya no estará su líder a quien le cargaban cada una de sus incapacidades y mediocridades.

En Cortito: Nos cuentan que en el Estado de México, a pesar de que estamos en el tercer día del 2024, en política, el asunto está que arde para la selección de candidatos a presidencias municipales, diputaciones locales y federales.

La tensión se encuentra en Ecatepec, donde consejeros de Morena, denuncian presuntos actos de hostigamiento por el grupo criminal que apadrina la presidenta de la Cámara de Diputados mexiquense, Azucena Cisneros Coss.

Nos dicen que a pesar de haber denunciado a la legisladora ante las altas esferas del partido guinda, tienen información que los integrantes de “La Chokiza”, los están buscando para tomar represarias al poner al descubierto su cercanía con quien aspira, sin éxito, a la candidatura a la presidencia municipal de Ecatepec.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, ya se deslindó publicamente de ella, lo cual nos dicen en Palacio Nacional, es un mensaje velado enviado a la gobernadora Delfina Gómez para que haga lo mismo, ya que Ecatepec, representa un bastión importante para ganar la elección presidencial del presente año, ya que gracias a los 300 mil votos que obtuvo en junio pasado Morena, es que la ex secretaria de Educación es ahora gobernadora, y eso no lo pondrán en riesgo.