Recurrentemente se ha atacado al mandatario poblano electo, precisamente por quienes son porristas de Nacho Mier
Raúl García Araujo @araujogar
A pesar de que el Gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, ha tenido cortesía con el hoy senador Ignacio Mier, a quien venció con contundencia en la interna de Morena por la candidatura de ese estado, hay señales que muestran que, desde el Senado de la República, se está gestando una guerra sucia mediática contra quién rendirá protesta el próximo 14 de diciembre, como mandatario poblano.
Vayamos por partes. Ignacio Mier fue abrumadoramente derrotado por Armenta. Los dos son primos pero esa es una mera casualidad porque no han cultivado nunca una relación familiar y, es más, Nacho y su familia relegaron y menospreciaron al ahora gobernador electo, quién muy joven, apenas a los 10 años, quedó huérfano de madre.
A lo largo de los años se han encontrado en varias arenas políticas y de la vida pública. Siempre Alejandro Armenta, de una u otra manera ha terminado derrotando a su primo Nacho.
La derrota más grave y dolorosa que sufrió el hoy senador fue en la interna de Morena por la gubernatura. Hay que recordar que en seis distintas encuestas Alejandro lo derrotó abrumadoramente.
Se ve que Nacho no ha superado el trance, porque plumas y medios, que por cierto hablan muy bien de él, coincidentemente ahora hablan mal del gobernador electo de Puebla y lo atacan recurrentemente en las redes sociales.
¿Coincidencia? Dicen que en política nunca hay coincidencias.
La guerra sucia contra Alejandro Armenta tiene como eje argumentaciones del pasado que hoy ni al caso vienen.
Recurrentemente se ha atacado al mandatario poblano electo, precisamente por quienes son porristas de Nacho Mier. No hay manera de entender lo que pasa por la mente del senador, que se sienta al lado de Adán Augusto López Hernández, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara Alta.
Pero todavía más grave, porque si efectivamente Nacho es el autor material de los ataques a Alejandro Armenta, qué terrible descortesía, porque el gobernador electo ya le dio nombramiento de subsecretaria a su hija Daniela Mier.
Y citando al máximo líder del movimiento de la 4T, Andrés Manuel López Obrador, que decía que hasta para atacar a un adversario político, lo primero que se debe hacer es cuidar las formas, parece que en este caso aplica aquella máxima de “cria cuervos…”
Sin embargo, lo que hay que resaltar y lo que debe vigilar la dirigencia nacional de Morena, es el actuar de varios de sus militantes que le apuestan más a la división que a la unidad, en la víspera de que Alejandro Armenta tome protesta como gobernador constitucional de Puebla y por ende, se convertirá en el máximo líder político y moral que tiene ese instituto político para continuar con el segundo piso del movimiento de transformación que en la Presidencia de la República lo encabeza Claudia Sheinbaum Pardo, con quien por cierto, quien será el próximo Jefe del Ejecutivo poblano, tiene una cercanía probada y apoyo incondicional con el Gobierno de la República.
En Cortito: Nos cuentan que la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, valora a detalle la permanencia o no del líder del partido guinda en Morelos, Ulises Bravo Molina, después de que magistrados del Tribunal Superior de Justicia del estado ordenaron que un juez lo vincule a proceso por el delito de violencia familiar en contra de su ex pareja.
El asunto es que en la dirigencia morenista, el tema caló hondo, en especial porque en su discurso en la toma de posesión la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, planteó que era tiempo de mujeres y entonces, la permanencia de Bravo Molina pende de un hilo, ya que si un juez da cabal cumplimiento a lo señalado por el impartidor de justicia, se estaría hablando que un violentador de mujeres está a cargo del partido político en Morelos.
En pocas palabras se estaría hablando de una incongruencia. Por tal motivo, la morenista Luisa María Alcalde ya está viendo los perfiles de la mujer u hombre que estaría al frente del partido en ese estado, que ha sido severamente dañado por la mala fama que tienen los hermanos Cuauhtémoc Blanco Bravo y Ulises Bravo Molina.